Lunes 16 de marzo.
La alarma sonó, y los pajaritos cantaron.
Mentira, hay una re tormenta afuera, estamos en primavera, y los cambios de clima me matan, soy alérgica.
Me levante y fui a buscar el uniforme del colegio, me lo puse y fui al baño a lavarme los dientes y la cara, me miró al espejo para peinarme pero al final dejó mi pelo negro cubriéndome los hombros.
Agarro mi mochila, bajo corriendo las escaleras y voy a la cocina para agarrar un pañuelo de papel para los mocos que se me estaban cayendo.
Papá toca la bocina del auto desde fuera y corro para subir rápido al vehículo. Alana se sube y mamá nos saluda desde la puerta con la mano alzada.
El trayecto dura cinco minutos. Al llegar, un montón de estudiantes están en la entrada del colegio, algunos ya dentro, y otros fuera.
Me bajo del auto junto a Alana y vamos hasta la entrada. Nos tocó aulas separadas, yo 4to A, y ella 4to B. Las dos tenemos 16, pero mi hermana es un minuto más grande que yo.
Agarro el mapa del colegio y me separo de mi hermana con un fuerte abrazo, que ella no responde el gesto, y me voy a la oficina de la directora. Camino por un pasillo y me detengo en una puerta la cual tiene el nombre "Directora Felix" grabado.
Toco la puerta y una señora de unos cuarenta y cinco o cincuenta me abre la puerta y me saluda con la cabeza.
-Hola, soy Roma, la nueva estudiante transferida -digo sonando formal.
-Buenos días querida, ¿como estas? Porfavor pasa -me dice.
Entro a la oficina y es una normal: millones de papeles en la mesa, lapiceras tiradas por todos lados, en ventilador que hace ruido, y las sillas giratorias incómodas.
Me dice todas las reglas, las faltas que tenemos, y algunas cosas más. Salgo y camino por el pasillo desierto para ir a mi salón.
4to A.
Entro y un silencio absoluto se llena en el ambiente.
-Señorita, llega tarde -dice la maestra.
-Perdoné, fui a la oficina de la directora para que me explique algunas cosas. Algo que creo que no volverá a pasar.
-Bueno, hágame el favor de presentarse.
Tomo aire y me pongo en medio del salón, con todos mirándome como si fuera Messi.
-Hola, me llamo Roma, tengo 16 y una hermana gemela. Me vine a esta escuela porque nos mudamos desde Nueva -un estruendo se escucha en la puerta: un chico de nuestra edad con pelo negro, ojos azules, musculoso, altisimo y con cara de amargado, entra y se queda parado en la entrada del salón.
Estúpido, me interrumpió.
-Pero señorito, un poco más de respeto al entrar -dice la maestra- ¿Quien es usted?
-Soy Gilber Rossi, me acabo de mudar de una ciudad de Lazia, Italia -dice ese, con un acento medio raro.
-Dos estudiantes nuevos, ¡que emoción! -dijo la maestra con ironía mientras yo miro a ese tal Gilbert con odio en mis ojos.
Ni lo conozco y me cae mal.
Gilber empieza a recorrer sus ojos por todo el salón hasta que se detienen en los míos y el me sonríe.
Agh, creído.
La maestra nos indica lugares y me voy a sentar, por casualidad de la vida, el creído se sienta detrás mio.
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¿Un amor verdadero?
Teen FictionRoma Mudisson es una chica de Nueva York. Su familia tiene problemas y se muda a un pueblo a las afueras de la ciudad. Ingresa a una nueva secundaria donde consigue muchos amigos. El día en el que ella se presenta a frente a clase, un chico también...