Roma Mudisson es una chica de Nueva York. Su familia tiene problemas y se muda a un pueblo a las afueras de la ciudad. Ingresa a una nueva secundaria donde consigue muchos amigos.
El día en el que ella se presenta a frente a clase, un chico también...
Me levanto de la cama y me coloco el uniforme. Me dirijo hacia el baño y me lavo los dientes.
Hoy Tomas me vendrá a buscar.
Lágrimas caen sobre mis mejillas.
¿Por qué?
En serio, ¿por qué?
Solo quiero comer bien, quiero estar bien. ¿Por qué no soy perfecta como Aylen? Ella es tan... perfecta...
Me miró al espejo y entiendo. Soy horrible. ¿Que tengo de bueno en mi? Mi cara. Miro las marcas en mi muñeca...
No quiero sentir más este dolor.
No quiero.
Solo quiero sentir paz.
Solo quiero ser libre de llorar.
Llorar alivia el alma, ¿no?
Quiero aliviar mi alma.
El alma que está rota.
Que no soporta más nada.
Perdón.
Perdón a todos los que me quieren. Pero es que no puedo. No... no. Solo quiero sentir algo. No quiero rendirme. Yo se que soy fuerte. Yo se que puedo... yo sé.
No.
No lo sé.
Yo en cualquier momento me voy a rendir.
Solo... solo quiero... ni siquiera se que quiero.
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Ayer a la noche terminé la tarea que me pidió Aylen.
Me dirijo a la puerta de la escuela y la veo a Emma, voy hacia ella pero una mano con unas uña muy bonitas me agarra y me da la vuelta.
-¿Has traído lo que te pedí?
-Hola Aylen. Eh... si... toma -meto la mano en mi mochila y saco las hojas. Las agarra y se da la media vuelta.
Me quedo ahí parada mientras la veo caminar hacia Gilbert el cual me mira y me da una sonrisa que no sé muy bien su significado.
-¡¡Hola perra!! -Emma me hace volver a la realidad y se coloca enfrente mío para darme un abrazo. Amo sus rizos, son muy lindos -Cuéntame algo. Estoy sin saber de que hablar.
-Emm... bueno... ayer hable con Tomas, ehhh... el pelirrojo.
La miró bien. Está tensa.
-¿Pasa algo Emma?
-No. Tranquila.
Las clases pasaron muy lento. Emma estuvo muy tensa todo el día y apenas me dirigía la palabra. ¿Habrá tenido algo con Tomas?
