-¿Estás nervioso? -cuestionó Dabin apretándome contra su pecho.
-Estoy a punto de ser un gato por el resto de mi vida... ¡Dime tú si ese es un buen motivo para estar nervioso! -lloriqueé y ella rio.
-Vamos, Sunghoon. Tú puedes hacerlo... sólo tienes que ser contundente y preciso.
-¿Y cómo se supone que voy a hablar con ella sí nadie además de ti puede entenderme?
-Supongo que tendré que hacer de traductor...-dijo encogiéndose de hombros-Por Dios, Sunghoon. Hay tantas películas surrealistas de las cuales puedes tomar ideas para poder comunicarte con Jinha... Sólo tienes que decirme algo que solamente Jinha y tú sepan para que ella de verdad crea que eres tú. Ese va a ser el primer gran reto que tendrás que superar...
-Decirlo es tan fácil-me quejé. -Pero tengo que admitir que es una buena idea...
-Y no es por poner más presión en ti, pero te recuerdo que sólo te quedan un par de horas con cuarenta y cinco minutos antes de que el vestigio de Valentine termine, Sunghoon.
-Gracias por ponerme más nervioso, Young Dabin. De verdad, te lo agradezco mucho...
Pero ella no respondió. En su lugar me ofreció una pequeña sonrisita antes de comenzar a avanzar hasta la puerta principal de la casa de Jinha. Cerré los ojos con fuerza y me acurruqué entre los brazos de Dabin mientras ella oprimía el timbre de la puerta de la misma casa que habíamos visitado unas horas antes.
Un par de minutos de espera fueron suficientes antes de que la puerta de la casa se abriera lentamente, dejándome apreciar la figura de un sujeto que sólo había visto una vez en toda mi vida: La noche anterior, en la cama, con la que se suponía era mi novia.
Dabin soltó un pequeño jadeo y lo observó un momento.
-Hola-saludó amablemente-¿Está Jinha en casa? Soy... Dabin, somos compañeras en la escuela...
-Claro, pasa-respondió él abriéndole la puerta por completo para que pudiésemos pasar. -¡Qué lindo tu gato! -exclamó frotando su mano en mi cabeza. Solté un jadeo totalmente ofendido y él se rio. -Vamos, no voy a hacerte daño, pequeño...
-¡Dile que quite sus asquerosas manos de mí, Dabin! -reproché con furia y Dabin rio.
-Lo siento, no le gustan los extraños...-dijo ella apartando la mano del muchacho de mi cuerpo. Él rio, pero no dijo más, simplemente nos dejó pasar.
Cuando volvimos a entrar en la sala, Jinha se encontraba sentada en uno de los sofás contemplando la pantalla de su celular. Dabin soltó un pequeño suspiro y automáticamente los ojos de la chica se posaron en nosotros.
-¿Jinha...?
-La madre de Sunghoon me llamó hace unos minutos, al parecer ya ha llamado a todos sus amigos y él no aparece por ningún lado. Todas sus cosas están en casa, pero no hay ni rastro de él... estoy tan preocupada, Dios... me siento tan culpable...
-Él está aquí-dijo Dabin y los ojos de Jinha se abrieron de golpe.
-¿Qué? -hizo una pausa-¿En dónde está? ¿Está afuera?
-No... Está... está aquí-dijo Dabin acariciando mis orejas.
-¿Te volviste loca? -cuestionó Jinha con una mezcla de sorpresa, enfado y burla-¡Es un gato, Dabin! Por Dios... este no es momento para que juegues con algo así, es algo realmente delicado lo que te estoy diciendo, y...
-Es demasiado complicado de explicar, y todavía más complicado de comprender, pero te juro por mi vida que esta cosa peluda y gris que ves aquí es Sunghoon...
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𝗠 𝗢 𝗠 , 𝗜 𝗔 𝗠 𝗔 𝗖 𝗔 𝗧 ! ! ! || 𝗣𝗮𝗿𝗸 𝗦𝘂𝗻𝗴𝗵𝗼𝗼𝗻
NouvellesCuando veas un gato negro tienes que huir en dirección contraria si es que pretendes mantener tu trasero a salvo. ¡De verdad tienes que hacerlo! ¡Corre y sálvate! Antes de que sea demasiado tarde...