𝐃𝐄𝐀𝐑 𝐋𝐔𝐂𝐄𝐑𝐘𝐒 ᴴᴼᵀᴰ

.𝔖𝔱𝔬𝔯𝔪𝔶 𝔫𝔦𝔤𝔥𝔱.

.</3.

𝕯𝖊𝖆𝖗 𝕷𝖚𝖈𝖊𝖗𝖞𝖘
𝙷𝚘𝚞𝚜𝚎 𝚘𝚏 𝚝𝚑𝚎 𝚍𝚛𝚊𝚐𝚘𝚗

Su querido hermano Aemond había sido mutilado y no había podido defenderlo estaba furiosa con ella misma. Cuando Daenys había alentado a su hermano a reclamar un dragón no podía imaginarse el desastre que se había creado.

- Vhagar ya no tenía ningún jinete... Aemond tenía el derecho a reclamarlo y así fue la dragona lo eligió - Exclamó mientras estaba a un costado de Aegon y ambos escuchaban la discusión de toda su familia - Además un dragón no se hereda como un objeto -

Su mirada filosa fue a parar con las hijas de Daemon y la difunta Laena Velaryon.

Ambas niñas estaban furiosas al ver como habían reclamado la dragona de su madre y Rhaena se defendía que le pertenecía. Por supuesto que Aemond había estado mal al gritar todas esas cosas, pero las hijas de Daemon también tenían una idea errónea ante los dragones.

- Entiendo su molestia y su pérdida - Exclamó la pequeña Daenys ganándose una mirada cálida de su padre el rey - Pero Vhagar ya eligió a mi hermano... - Aclaró - No podían contar con seguridad que Rhaena fuera su jinete y saliera dañada o peor... -

- No necesitamos más funerales - Admitió la princesa Rhaenys abrazando a sus nietas.

La pequeña Daenys de nueve años era una copia idéntica a su primo.

Deseaba arreglar las cosas con palabras para no perder a su familia, no deseaba ver morir a todos en una guerra de sangre.

Todos habían comprendido las palabras de la niña a excepción de una persona en la sala que deseaba venganza por el ojo de su hijo, al ver a su hija menor hablar de manera pacífica la miró con desagrado.

Daenys había salido de su vientre aunque tenía que admitir que ella amaba más a su padre aunque él nunca estuviera presente. En las mañanas le gustaba desayunar junto al rey enfermo y en las tardes escuchar las historias del reino mientras apreciaban la grande maqueta.