Capitulo 4

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Harry nunca imaginó que aquella decisión que tomaría por teléfono lo llevaría a dar un giro de trescientos sesenta grados. Estas últimas semanas han sido un caos, estar en una situación donde tienes que convivir con la persona que te vas a divorciar es un completo martirio.

Tiene dos semanas que el departamento se ha convertido en un campo minado y la habitación de huéspedes -donde ahora duerme el alfa- una zona prohibida.  Harry se sentía atrapado en una pesadilla sin fin, donde cada interacción con Louis era una batalla de miradas y palabras cortantes.

El aroma a café recién hecho llenó el aire de la cocina una mañana, y Harry se detuvo en seco al ver al alfa, que estaba de pie junto a la cafetera, mirando fijamente su taza. Sus ojos azules, normalmente cálidos, ahora eran fríos e impenetrables. Harry sintió un nudo en la garganta al recordar los tiempos en los que esa mirada solía estar llena de amor y ternura.

“Buenos días” dijo Harry, tratando de mantener un tono neutral.

“Buenos días” respondió Louis educadamente sin mirarlo.

El silencio que siguió fue insoportable. El omega tomó una taza y se sirvió café, cada movimiento calculado para evitar cualquier contacto accidental. El simple hecho de estar en la misma habitación era una prueba de resistencia emocional.

“¿Tienes planes para hoy?” preguntó Harry, intentando romper el hielo.

“Trabajo, como siempre” contestó el alfa, aún sin levantar la vista.

Harry asintió, aunque sabía que Louis no lo veía. La distancia entre ellos era mucho más que física; era un abismo emocional que parecía ensancharse cada día. Recordó cuando solían hacer todo juntos, desde las tareas más mundanas hasta las más emocionantes aventuras.

El ojiazul salió sin decir otra vez palabra alguna, lo único que pudo visualizar Harry es que subió directo a la habitación de huéspedes, seguro para prepararse para el trabajo. El omega se quedó sentado en el comedor para terminar su taza de café, estaba a punto de subir para encerrarse en su habitación y no ver a Louis de nuevo cuando escuchó el ruido de papeles siendo deslizados por debajo de la puerta principal.

Había llegado el correo.

Con pereza el omega se dirigió a recoger los papeles, una vez los tuvo en sus manos, comenzó a revisar la correspondencia. Entre las facturas y publicidad, había un sobre de aspecto oficial. Al abrirlo, su corazón se aceleró al ver que era la invitación al bufete de sus antiguos compañeros de preparatoria Liam y Zayn, dirigida a Louis, para llegar a un acuerdo sobre el divorcio.

Harry respiró hondo, sintiendo una mezcla de alivio. Sabía que debía entregárselo al alfa, así que subió las escaleras con pasos lentos y cautelosos. Al llegar a la puerta de la habitación de huéspedes, levantó la mano para llamar, pero se detuvo, no tenía porque avisar, está también es su casa todavía.

A la par de que Harry entró a la alcoba, la puerta del baño se abrió, y Louis salió envuelto en una toalla alrededor de sus caderas. Su cabello húmedo caía desordenadamente sobre su frente, y gotas de agua resbalaban por su torso desnudo. Harry se quedó paralizado, sus ojos recorriendo el cuerpo de Louis de manera indecorosa.

“Oh, Harold, ¿Dime en qué puedo ayudarte?, pero que sea rápido por favor porque tengo que irme "

"Bueno solo traigo esto, es la cita con los abogados para nuestro divorcio " camino lentamente para entregárselo en las manos.

Louis las tomo lentamente y las hojeo, verificando que eran en efecto se trataba de lo que decía el omega.

"Es mañana en las cinco de la tarde, espero que no te llenes de trabajo para que puedas ir, entre más pronto lo hagamos mejor"

X si volvemos - L.S, omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora