006

477 75 60
                                    

Mis ojos pesaban demasiado, no tenía idea de cuánto tiempo había pasado en aquel piso frío de madera, el cuerpo me dolía pero con las pocas fuerzas y ganas que tenía me levanté. No entendía cómo pude ser tan ingenuo como para entregar mi plena confianza a un ser de otra dimensión, había sido mi culpa.

Había cerrado el portal y también había configurado la contraseña de la puerta que me llevaba hacia este, sabía que Bill no se iba a rendir facíl si era algo de importancia para él, debía dejar mis emociones de lado, porque fue un error llegar a pensar que podía ser importante para alguien como lo es un ser de otra dimensión.

....

Nací en una familia humilde, dominada por los perfectos círculos a los cuales debíamos servir, mi dimensión nativa era 2D pero a diferencia de todos, yo había nacido ¨Especial¨, tenía un don, una rara mutación, podía ver la tercera dimensión, un mundo 3D el cual los demás de mentes planas no podían hacerlo. Fui nombrado el niño mas lindo en mi dimensión y era admirado, incluso el alcalde había hecho de mi cumpleaños una fecha festiva, pero ser especial tiene su precio, lo cual trajo consecuencias a mi vida. Fui envidiado y también odiado por algunos, otros abusaban de mi inocencia al ser pequeño haciendo cosas que no quería, era mi culpa por confiar mucho.

—Mami, no quiero ir a donde los círculos... —Murmuraba mientras era jalado por su madre quien lo sostenía de su pequeña mano.

—Cariño sabes que mami debe trabajar y no puedes quedarte en casa. —

Pasaba una y otra vez cada que iba con mi madre, la única excusa de ellos para esto, era que yo lo merecía.

¿Lo merecía? Yo lo merecía, en mi mente quedó grabado aquello.

Pero aun así quería mostrarles las estrellas a aquellos no podían verlas, quería que ellos vieran lo que yo podía ver, que ellos pudieran conocer la tercera dimensión. Sabía que ellos estarían agradecidos conmigo si podía liberarlos de aquella ilusión. Trate de hacerlo, pero no todo siempre sale como esperamos, las llamas estaban por todos lados y en mis manos había sangre, no podía controlarlo, les había fallado a mi familia y yo no podía hacer nada, los gritos se quedaron grabados en mi cabeza torturandome,yo había sido el causante.

Mi dimension quedó hecha cenizas, yo había quedado solo, el impacto de la situación fue tan duro haciendo que mi mente me convenciera de que no podía sentir culpa por esto, porque ellos lo merecían, más sin embargo no volví a dormir por el miedo de volver a escuchar los lamentos, pero sin importar eso ellos siguen perturbando mi mente estando despierto.

No pasó mucho y mi mala fama se extendió por todo el multiverso, haciéndome ser temido por todas las dimensiones las cuales me llamaban monstruo cuando trataba de habitar en alguna, conforme pasaba el tiempo me hice amigo de otros como yo los cuales eran considerados monstruos. Dando así origen a el Reino de las pesadillas, quién era dirigido por mi, en donde todos hacen lo que se les da la gana y sobrevive el más fuerte pero, esto causaba una inestabilidad enorme lo que me llevó a reflexionar sobre el futuro de mi reino. Porque tarde o temprano se destruirían.

Fue así como comencé mi viaje para encontrar un mundo perfecto para conquistar, el único problema era que no podía manipular a nadie porque todos me conocían, a excepción de la Tierra.

Desde entonces comencé mi viaje haciendo tratos con muchos humanos dándoles cosas a cambio y ayudándoles con el fin de que estos construyeran un portal. Hice tratos con egipcios, griegos, detrás de cualquier civilización poderosa estaba yo. Pero estos humanos no estaban ni cerca de tener la tecnología que se requería para poder crear un portal, me enojaba demasiado y los torturaba con pesadillas.

Causando que como respuesta estos me hicieran ofrendas o regalos, como pirámides o ponerme en los billetes de un dólar, para mi eso era insignificante y seguí buscando por un buen tiempo. Pasaron milenios para que alguien por fin pudiera invocarme, hasta que llegó él, StanFord, un humano bastante inteligente pero a la vez muy manipulable, lo que lo hacía más especial para mi.

Y cuando al fin estaba a punto de poder cumplir mi sueño, las cosas se volvieron complicadas, aquel humano me había hecho caer consigo, me había enlazado a él y de alguna manera me había hecho débil y culpable por manipularlo con mentiras tan crueles. Fui su Musa, su razón de seguir, ser la inspiración de alguien me hacía sentir especial, me daba el consuelo que hace tanto tiempo nadie me ofrecía, me hacía sentir bien... Sabía que Ford no me seguiría en mis ideas de dominar su mundo nativo. Y yo no podía hacer nada al respecto, ¿Solo irme? No podía volver y manipularlo ya no era una opción mi reino estaba en problemas y pronto podría ser destruido.

Entre en una gran desesperación.

No sabía que hacer más que seguir mis instintos..

....

Tuve razón al decir que Bill no se rendiría tan fácil, durante los siguientes días después de lo sucedido  algunas veces bill entraba en mi mente sin previo aviso mientras yo me quedaba dormido por la falta de sueño, para hacerme hacer cosas de las cuales me daba cuenta por la mañana siguiente, dejaba notas en mi frente cada vez que amanecía diciendo cosas como un falso perdón, creía que caería de nuevo, estaba equivocado.

Podía notar la desesperación que tenía por abrir la puerta hacía el portal a tal punto de usar mi cuerpo para rasguñar y golpear la puerta causando que mi piel desgarrarse ligeramente, al igual que mis nudillos estaban rotos. No podía permitir que él siguiera con sus caprichos sin darme la cara o un porque, el estres que me generaba era tan grande, incluso tiré todo lo que tuviera forma de triángulo para evitarlo.

Por un tiempo me dejo de poseer, el sueño que no había conciliado durante algunos días me gano y me quede dormido pesadamente. Tenía la esperanza de que esta vez no aparecería en mis sueños o eso esperaba, pero es Bill después de todo.

—Hola cerebrito, ¿Hace cuánto que no dormías? Jajaja. —Ahí estaba, me soltó aquellas palabras con ese tono burlesco que solía tener casi siempre.

—Si que extrañe estar en este lugar cada que dormías.. ¿Acaso tu no me has extrañado? —Murmuró lo último siendo poco audible para quien estaba en frente.

—Me engañaste y aun así eres tan sinvergüenza de aparecer. Bill puedes tener a cualquier otro humano ¿Por que no solo dejas de molestar? Solo traes problemas a mi vida.

—Porque no quiero a otro humano, tú me perteneces. Nadie tiene tu inteligencia, todos están lejos de eso ford, ¡Yo te elegí a ti! —Exclamó enojado, mientras se sentaba en una pila de libros desordenados.

—Te puedo dar lo que quieras, ¿Por qué proteger esta tierra llena de humanos que se destruyen entre ellos mismos?

—¡POR QUE TENGO FAMILIA! Eso es algo que estás lejos de comprender, porque solo eres un ser que vaga sin nada ni nadie, nunca entenderás lo que es ser especial y lo que es tener algo especial ¡Porque no eres nada ni significas nada, nada más que un mentiroso vagando con egoísmo y engañando para su propio bien!

Mi paciencia me había abandonado y mi poca estabilidad para poder controlar mi enojo se esfumo, solté cada palabra con odio y mentiras que dolían pero él ya no era nada, había sido especial para mi, no queda nada mas de eso.

—¡NO SABES LO QUE DICES, SABES QUE FUI ALGUIEN EN TU VIDA! ¡SABES QUE ESTUVE PARA TI, FUI ALGUIEN! —En este punto debía admitir que de cierta forma sus palabras dolían, podía sentir que todo lo que salía de su boca era con odio hacia mí, ni siquiera yo sabía con exactitud el porqué esto me causaba dolor, ¿Puedo sentir dolor? Me dolía el hecho de que no fuera nada.

—¡SE MUY BIEN LO QUE DIGO! En algún punto de mi vida te considere especial, pero ahora no te quiero en ella.

—¡No me digas que fui especial! ¡Si ahora me pides que me vaya de tu vida! —Mis palabras salían entrecortadas, las ganas de querer gritar y llorar me invaden pero no lo haría en frente de él. Puedo solo.

—BILL ¡DEJA DE HABLAR COMO UN NIÑO Y VETE DE AQUÍ!

—¡SI ESO HARE, TE ODIO!

La culpa me empezó a invadir, me deje llevar por el enojo y frustración que sentía dejando salir aquellas palabras hirientes de mi boca, ya no puedo hacer nada y es mejor que él desaparezca de mi vida, me duele el hecho de herirle y que me odie, pero no dejaría que siguiera con sus tontos caprichos usandome a su antojo y si alguna vez fue importante para mi ahora, no más..

...

¡Coman niños! JAJAJA Me siento muy feliz y agradecido por el apoyo que le están dando a esta historia. ¡Amo leer sus comentarios! 

Mi Musa IntangibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora