Chuuya Nakahara nunca había tenido una vida fácil criado en los barrios bajos, aprendió rápidamente a valerse por sí mismo y a usar su carisma para ganarse la confianza de todos con su sonrisa deslumbrante y sus habilidades naturales, Chuuya se convirtió en el líder de un pequeño grupo llamado las Ovejas, una banda de chicos y chicas que buscaban protegerse unos a otros y sobrevivir en las calles.
Eran su familia, las únicas personas en las que confiaba plenamente hasta que llegó la noche que lo cambió todo.
Era una misión, una simple misión que debía ser como cualquier otra las Ovejas habían recibido información sobre un cargamento de armas que podría asegurar su supervivencia durante meses Chuuya, confiado en sus habilidades y en la lealtad de su grupo, lideró la operación.
Sin embargo, no sabía que la información había sido filtrada por la Port Mafia, una organización que no toleraba a los grupos independientes que pudieran amenazar su dominio en la ciudad.
Esa noche, las Ovejas fueron emboscadas. Chuuya y sus amigos se encontraron rodeados por hombres de negro, fuertemente armados y entrenados para matar no hubo advertencia no hubo tiempo para pensar solo el sonido de los disparos y los gritos de sus amigos cayendo uno tras otro.
Chuuya luchó con todo lo que tenía, su rabia y desesperación alimentando su fuerza, pero era una batalla perdida. Vio a cada uno de sus amigos ser abatido, sus cuerpos cayendo al suelo, sin vida el mundo se volvió rojo, no solo por la sangre que manchaba sus manos, sino por el odio que crecía en su corazón.
Cuando finalmente cayó al suelo, agotado y herido, levantó la vista y vio a un hombre de pie sobre él un hombre con una sonrisa fría y calculadora: Mori Ougai, el líder de la Port Mafia.
— así que tú eres el rey de las Ovejas – dijo Mori, su voz goteando desdén —¿Realmente pensaste que podías desafiar a la Port Mafia y salir ileso? Eres solo un niño jugando a ser líder
Chuuya intentó levantarse, pero un pie lo aplastó de nuevo contra el suelo – te daré una elección — continuó Mori – únete a la Port Mafia y tal vez te perdone o muere aquí como tus patéticos amigos -
Con sus últimos vestigios de fuerza, Chuuya escupió a los pies de Mori – nunca me uniré a ustedes
Mori sonrió, como si hubiera esperado esa respuesta – entonces, disfruta tu vida corta y miserable, rey de las Ovejas
Con esas palabras, Mori se fue, dejando a Chuuya solo entre los cuerpos de sus amigos esa noche, Chuuya juró venganza juró que destruiría a la Port Mafia, que haría pagar a Mori y a todos los que le habían quitado a su familia.
En esa misma noche, bajo la luz de la luna, Chuuya se levantó entre las sombras de la tragedia, decidido a convertirse en la pesadilla de la Port Mafia. Su corazón estaba lleno de odio, pero también de una determinación inquebrantable. Había perdido todo, pero usaría ese dolor como su fuerza, como el combustible que lo llevaría a vengar a las Ovejas y destruir a aquellos que se atrevieron a arrebatárselas.
La noche era fría y cruel. El aire estaba cargado con el olor metálico de la sangre y el eco de los disparos aún resonaba en los oídos de Chuuya. Con cada respiración, un dolor agudo le atravesaba el pecho, recordándole sus heridas y la devastación que lo rodeaba.
Se arrastró hacia el cuerpo sin vida de su amigo más cercano, su mano temblorosa tocando la piel fría. La rabia y la tristeza se mezclaban en su interior, formando una tormenta imparable de emociones. Pero no podía permitirse ceder. No ahora.
Con esfuerzo, se levantó, tambaleándose sobre sus pies. Las luces de la ciudad brillaban a lo lejos, pero aquí, en esta parte olvidada de Yokohama, solo había oscuridad. Chuuya sabía que no podía quedarse allí. Si lo hacían, los hombres de la Port Mafia regresarían para asegurarse de que no hubiera sobrevivientes.
Cada paso era una lucha, pero avanzaba, impulsado por su odio y su deseo de venganza. Finalmente, encontró refugio en un edificio abandonado, un lugar que las Ovejas solían usar como escondite. Allí, se desplomó en el suelo, permitiéndose un momento de descanso.
El dolor era insoportable, pero la adrenalina lo mantenía consciente. Buscó en su bolsa de suministros y encontró vendas y antisépticos. Con manos temblorosas, limpió y vendó sus heridas lo mejor que pudo, luchando contra el mareo y la debilidad.
La noche pasó lentamente. Chuuya permaneció alerta, cada ruido lo hacía saltar, pero finalmente, el agotamiento lo venció y cayó en un sueño inquieto y fragmentado.
Cuando el primer rayo de sol se filtró por las ventanas rotas, Chuuya despertó, su cuerpo adolorido pero su espíritu inquebrantable. Sabía que tenía que moverse, que no estaba a salvo. Los recuerdos de la noche anterior seguían frescos en su mente, cada detalle grabado con fuego.
Con determinación, se levantó y salió del edificio, decidido a no permitir que la muerte de sus amigos fuera en vano tenía que encontrar un lugar seguro, un sitio donde pudiera lamer sus heridas y planear su venganza.
Deambuló por las calles, evitando a cualquier persona que pudiera reconocerlo finalmente, llegó a una pequeña tienda de conveniencia, donde compró provisiones básicas con el poco dinero que le quedaba el encargado lo miró con desconfianza, pero no dijo nada.
Chuuya se dirigió a un parque cercano y se sentó en un banco, comiendo una barra de granola y bebiendo agua su mente estaba llena de pensamientos oscuros y planes de venganza sabía que necesitaría aliados, recursos y, sobre todo, tiempo para fortalecerse.
Mientras masticaba lentamente, un pensamiento se formó en su mente necesitaba infiltrarse en la Port Mafia, conocer sus debilidades desde adentro solo entonces podría destruirlos completamente pero eso requeriría paciencia y una estrategia cuidadosa.
Con el corazón lleno de determinación, Chuuya se levantó y se dirigió hacia el centro de la ciudad su objetivo era claro: vengar a las Ovejas y destruir a la Port Mafia desde sus cimientos.
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𝒕𝒓𝒂𝒊𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒚 𝒗𝒆𝒏𝒈𝒂𝒏𝒛𝒂 (𝒔𝒐𝒖𝒌𝒐𝒌𝒖)
FanfictionDazai Osamu, heredero de la Port Mafia e hijo de un médico militar, es compañero de un nuevo recluta, Chuuya Nakahara. Chuuya, un carismático chico de los barrios bajos, usaba su encanto para ganarse la confianza de todos sin embargo, Chuuya odiaba...