𝒕𝒓𝒂𝒊𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒚 𝒗𝒆𝒏𝒈𝒂𝒏𝒛𝒂 (𝒔𝒐𝒖𝒌𝒐𝒌𝒖)

𝐈𝐈

En el corazón de la ciudad, donde las sombras eran más profundas y los secretos más oscuros, la Port Mafia operaba como una maquinaria bien engrasada dentro de este inframundo, un joven prodigio se destacaba: Dazai Osamu, el heredero designado para tomar el mando.

Dazai era conocido por su inteligencia despiadada y su falta de escrúpulos hijo de un médico militar, había sido entrenado desde joven en las artes de la guerra y la manipulación su padre, Mori Ougai, el actual líder de la Port Mafia, veía en él a su sucesor perfecto.

Esa mañana, Dazai estaba en la sala de entrenamiento, observando a los nuevos reclutas su mirada fría y calculadora evaluaba cada movimiento, cada error los reclutas sabían que un error frente a Dazai podía significar el final de sus aspiraciones en la organización, o peor.

‐ Osamu – llamó Mori desde la puerta Dazai giró su cabeza y asintió, indicando a los reclutas que continuaran se dirigió hacia su padre, quien lo esperaba con una expresión seria.

– es hora de que tomes un papel más activo en la organización – dijo Mori sin preámbulos – he decidido que liderarás la próxima misión importante quiero que demuestres a todos que eres el líder que esta organización necesita –

Dazai asintió, su mente ya comenzando a planear sabía que esta era una prueba, una oportunidad para consolidar su poder y demostrar su valía pero también sabía que cada movimiento sería observado de cerca por aquellos que deseaban su fracaso.

– entendido, padre – respondió Dazai con su tono habitual, calmado y desprovisto de emoción – ¿Cuál es la misión? –

Mori sonrió, un gesto que nunca traía buenas noticias – hay un grupo de rebeldes que ha estado causando problemas quiero que los elimines y envíes un mensaje claro a cualquiera que piense en desafiarnos –

Dazai asintió de nuevo, sus ojos brillando con una luz peligrosa – considéralo hecho –

Mientras salía de la oficina de Mori, Dazai se encontró con su compañero más cercano, Akutagawa Ryuunosuke, un joven con una lealtad feroz y una habilidad destructiva – tenemos trabajo –  dijo Dazai sin detenerse, Akutagawa asintió y lo siguió sin preguntas así como siempre ya que había jurado lealtad a su mentor desde hace vario tiempo atrás y su juramento sería eterno.

La misión era sencilla en su planteamiento, pero Dazai sabía que cada detalle debía ser ejecutado a la perfección reunió a su equipo y comenzó a delinear el plan cada movimiento, cada decisión, estaba calculada para maximizar el impacto y minimizar las pérdidas.

La noche de la misión, Dazai y su equipo se movieron con la precisión de un reloj suizo en cuestión de horas, los rebeldes fueron eliminados y la Port Mafia envió un mensaje claro: la traición no sería tolerada.

Cuando Dazai regresó a la sede de la Port Mafia, fue recibido con miradas de respeto y miedo había demostrado su valía, pero también había dejado claro que su liderazgo no sería cuestionado.

En su oficina, Mori lo esperaba con una copa de vino – bien hecho, Dazai-kun – dijo, ofreciéndole la copa – has demostrado que estás listo para liderar –

Dazai aceptó la copa, su expresión imperturbable sabía que este era solo el comienzo había ganado una batalla, pero la guerra por el control de la Port Mafia aún estaba en marcha.

Mientras brindaba con su padre, un pensamiento oscuro cruzó su mente la Port Mafia era su dominio, y estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para mantener su poder incluso si eso significaba destruir a cualquiera que se interpusiera en su camino.

Han pasado algunos meses desde la fatídica noche en que Chuuya perdió a sus amigos y juró venganza contra la Port Mafia su determinación y astucia lo han llevado a infiltrarse en el corazón de la organización que tanto odia ahora, es un recluta, un peón en un juego de poder que apenas comienza.