𝒕𝒓𝒂𝒊𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒚 𝒗𝒆𝒏𝒈𝒂𝒏𝒛𝒂 (𝒔𝒐𝒖𝒌𝒐𝒌𝒖)

𝐕𝐈

Habían pasado varios días desde que Chuuya había visto a Dazai vendándose las heridas aunque intentaba concentrarse en sus tareas, no podía dejar de pensar en lo que había descubierto sus pensamientos eran interrumpidos cuando uno de los subordinados de Dazai se acercó a él.

– Nakahara, Dazai-san quiere verte en su oficina – dijo Akutagawa antes de marcharse rápidamente.

Chuuya asintió y se dirigió a la oficina de Dazai tocó la puerta y esperó a que Dazai lo invitara a entrar.

– adelante – escuchó la voz calmada de Dazai.

Al entrar, encontró a Dazai sentado detrás de su escritorio, con una expresión seria en su rostro no era común ver a Dazai así, lo cual hizo que Chuuya se pusiera en guardia.

– Chuuya, tengo una misión importante para ti – comenzó Dazai, sin preámbulos.

Chuuya se acercó y se sentó frente a él –
¿De qué se trata? –

Dazai se recostó en su silla, mirando a Chuuya con intensidad – hay un infiltrado en la Port Mafia alguien que tiene la intención de matarme y desestabilizar nuestra organización tu misión es encontrar a esa persona antes de que logre su objetivo –

Chuuya frunció el ceño ‐ ¿Tienes alguna pista sobre quién podría ser? –

Dazai asintió lentamente – tenemos algunas sospechas, pero nada concreto quiero que te mezcles con los miembros, observes sus comportamientos y recojas cualquier información que pueda ayudarnos a identificar al traidor –

Chuuya asintió, comprendiendo la gravedad de la situación – ¿Por qué me elegiste a mí para esta misión? –

Dazai lo miró fijamente, con una chispa en sus ojos – porque eres el único en quien confío lo suficiente para esto, Chuuya y porque sé que no te dejarás engañar fácilmente –

Chuuya sintió un ligero estremecimiento al escuchar esas palabras la confianza de Dazai significaba mucho, pero también añadía presión. Sabía que no podía fallar.

– haré lo que sea necesario para encontrar al infiltrado –  dijo Chuuya con determinación.

Dazai asintió, satisfecho – buena suerte, Chuuya mantente en contacto y avísame de cualquier cosa sospechosa –

Chuuya se levantó y salió de la oficina, su mente ya trabajando en cómo abordaría esta misión sabía que necesitaría ser astuto y cauteloso, porque el infiltrado podía estar observándolo también.

Mientras caminaba por los pasillos de la sede de la Port Mafia, Chuuya se preparó mentalmente para la tarea que tenía por delante sabía que debía encontrar al traidor antes de que fuera demasiado tarde y aunque aún mantenía su objetivo final de vengar a sus amigos, también entendía que, para lograrlo, primero debía proteger a Dazai y asegurar la estabilidad de la Port Mafia.

Chuuya comenzó su misión con la misma determinación que había mostrado en todas las anteriores sin embargo, esta vez, había una carga adicional en su mente: debía proteger a Dazai mientras mantenía en secreto su verdadero objetivo de vengarse de la Port Mafia sabía que era una línea delgada la que caminaba, y un error podría costarle todo.

Pasaron los días, y Chuuya se mezcló entre los miembros de la Port Mafia, observando cada movimiento y conversación empezó a notar patrones y comportamientos que no cuadraban, pequeños detalles que podrían ser pistas del infiltrado.

Durante una reunión con otros reclutas, Chuuya captó una conversación entre dos hombres que parecían estar hablando en clave. Decidió seguirlos discretamente hasta una sala apartada donde continuaron su charla en voz baja Chuuya aguzó el oído, tratando de captar cualquier información útil.