La llamada...

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Bill, sintiendo la inminente libertad, decidió romper todas las reglas de su terapia. Con un impulso, de "eso vv alocate" se robó un teléfono interdimensional y varias botellas de alcohol. Confundido, no sabía si debía llamar o no a Ford, pero al final, decidió que beber era una mejor opción por el momento. ¿Por qué preocuparse por las reglas de la terapia cuando pronto estaría libre?

En su habitación, Bill se recostó en el suelo y puso su música de señora dolida a todo volumen. No le importaba nada en ese momento. Mientras bebía, la tristeza y la nostalgia lo inundaban. Después de varias copas, en un estado de ebriedad, decidió hacer lo impensable: llamar a Ford.

Eran las tres de la mañana cuando el teléfono de Ford comenzó a sonar. Con el ceño fruncido y todavía medio dormido, Ford contestó.

—Eh... ¿Hola? —dijo, con la voz ronca de sueño.

De fondo, podía escuchar la canción "La gata bajo la lluvia" sonando, y antes de que pudiera decir algo más, una voz familiar y llena de rabia le gritó:

—¡MALDITO BASTARDO SEIS DEDOS!

Ford se quedó helado, reconociendo de inmediato la voz de Bill.

—¿Qué mierda...? ¿¡Bill!?

Bill, con una mezcla de ira y tristeza, continuó.

—En serio te odio... eres el peor ser de la creación... yo... yo en serio... en serio te extraño... —dijo, empezando a llorar.

Ford, aún en shock y con el corazón acelerado, gritó de vuelta:

—¡Vete al carajo, Bill!

Bill, ignorando la respuesta de Ford, siguió cantando con la voz quebrada por el llanto.

—Ojalá que tenga suerte... ya lo ves, la vida es así... tú te vas y yo me quedo aquí... tú te vas y yo me quedo aquiii... y ya no seré tuya... seré la gata bajo la lluvia...

Antes de que Ford pudiera reaccionar, Bill cortó la llamada. Ford se quedó mirando el teléfono, incapaz de procesar lo que acababa de suceder. Sus sospechas eran ciertas: Bill seguía vivo. Esto era una gran amenaza, pero además, Bill estaba borracho, algo completamente inusual para él.

La gravedad de la situación golpeó a Ford como una tonelada de ladrillos. Sabía que Bill representaba un peligro inminente y que debía actuar rápido. Con el corazón pesado y la mente llena de preocupación, Ford comenzó a pensar en sus próximos pasos para proteger a su familia y detener a Bill de una vez por todas.

Mientras tanto, en su oscura habitación, Bill se acurrucó en el suelo, aferrado a la botella, con lágrimas corriendo por su rostro. Sus pensamientos eran un torbellino de emociones contradictorias: amor, odio, deseo de venganza, y una profunda tristeza.

—Yo solo quería destruir dimensiones con mi Fordsy... —murmuró, antes de caer por beber tanto.

(uff referencias al fandub de Max Moger que hizo al cómic de kiry_Master)

♤ Como señora dolida ♤ (BillFord) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora