2.

703 75 14
                                    

Él sábado por la tarde luego de llegar de la calle, darme una ducha relajante, comer y por fin descansar un poco, le mostré a mi mamá la ropa que había comprado y a ella le encantó, también le gustó cómo quedó mi cabello y dijo que me veía muy hermosa.

Papá había llegado casi por la noche cansado, había ayudado a mudar al hijo de su amigo, mamá le sirvió su comida y un vaso de jugo bien frío, había bajado y cuando me vio no me reconoció.

—Betty mija, es usted?— me mira sorprendido

Asiento nerviosa, se que mi papá tiene pensamientos muy del siglo pasado pero creo que deberá empezar a entender que ya tengo 25 años y ya no soy una niña

—Beatriz Aurora, recuerde que el diablo es puerco, se ve muy bonita pero ahora va a atraer a puro alepruz— toma de su vaso

—Solo hice este cambio para buscar un nuevo trabajo y verme más presentable

—Esta bien mija, y encontraste algo?— empieza a comer

Me siento en la silla frente a el— Si, envié mi hoja de vida al fondo del gobierno, están buscando asistente de un gerente

—En él fondo— abre los ojos— sería un gran trabajo y más adecuado a lo que estudió mija

—Lose, este lunes iré a la entrevista ya me enviaron un mensaje confirmando que les interesa que esté en el puesto

—Muy bien betty, cualquier cosa yo la llevo

Abro los ojos pero asiento, tendré que hablar con mi mamá y que le ponga algunas gotas para dormir, prefiero irme en bus o en taxi, pero el auto de mi papá tardará años para encender.

Todo el domingo estuve guardando la ropa que usaba en Ecomoda y poniendo la nueva en el armario, mi mamá la había lavado y planchado para que ya estuviera lista. Me pondría el traje negro que me probé ayer, ya estuve practicando ayer por la noche el maquillaje y me había quedado bastante parecido al que me hicieron ese día en el salón así que ya tenía cubierta esa parte.

👓👓👓

Por fin llegó el lunes, me había levantado bastante temprano me di un baño rápido y me arregle, me coloque lo que ya había decidido y empecé a maquillarme, lo hice con cuidado y tomando mi tiempo, cuando termine decidí sujetar mi cabello con una coleta baja y dejándolo lacio, me coloque mis pendientes, me puse unas gotas de perfume y tome mi bolsa, guarde mi carpeta con mi hija de vida solo por si las moscas y salí de mi cuarto, al bajar me encontré a mi mamá en la cocina, me había servido una taza de café y 2 tostadas, comí rápido para que no se me hiciera tarde.

—Mija, vaya con cuidado si— me mira— le coloque varias gotas a su papá sigue bien dormido

—Debo irme para alcanzar el autobus— llevo lo que use a la cocina y lavo la taza y el platito— no se preocupe mamá cualquier cosa yo les aviso

—Esta bien Bettica— me sonríe y besa mi frente

—Vuelvo en un rato mamá— le sonrió y salgo de la casa.

Llego hasta la parada de autobús y empiezo a notar las diferencias en la gente, los hombres me dan el paso, sonrió leve y subo, le pago al chófer y me voy moviendo hacia atrás donde hay lugares disponibles, me siento cerca del timbre y el autobús empieza su recorrido.
Estaba muy nerviosa, esperaba fuera lo que buscaban para el puesto aunque se que ahora con mi nueva imagen puedo buscar en más lugares.

Cuando el autobús llegó cerca de las oficinas de gobierno me baje y rápidamente camine hasta el edificio, siempre me había encantado que fuera tan grande y se podría decir que hasta imponente, si sería un sueño trabajar aquí. Empecé a caminar a la entrada y no dejaba de ver las miradas que me daba la gente, más los hombres cosas que me puso más nerviosa.

No eres lo que pensaba • Daniel ValenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora