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La verdad es que no pude dormir, la conversación inconclusa entre Daniel y yo me carcomia el cerebro, él en cambio dormía como un bebé abrazando mi cintura.

Solté un leve suspiro y salí con cuidado de la cama, camine con cuidado hasta salir al balcón que el tenía en su habitación, me apoye en el barandal y solo observaba la luna, las estrellas y la extraña atmósfera de paz, no se porque o en qué segundo pero empecé a llorar, era una tontería pero no podía detener las lágrimas que bajaban por mi mejilla, no era tan fuerte como pensé que sería.

Odiaba sentirme así, sentir que algo quedaba inconcluso, que algo se sentía tenso, que no había sinceridad.

Luego de unos minutos sacando todo, limpie mis lágrimas y volví a entrar a la habitación. Tomé la ropa que habia dejado en la mesita de noche y me cambié rápidamente, dejando la pijama que Daniel me habia dado sobre la cama, tome mi bolsa y mi teléfono observando que eran casi las 2 de la mañana, agarre los tacones con una mano y dejando un beso en la mejilla de él salí de su habitación en silencio.

No podía quedarme un minuto más allí, más al ver las imágenes que mi cerebro me arrojaba en las que seguramente Patricia y Daniel tenían relaciones sobre esa misma cama. No quería ser tan desconsiderada así que deje una nota sobre la mesa y sali en total silencio de allí, baje por el ascensor y despidiendome con un leve asentimiento del portero llegué hasta mi auto y arranque lo más rápido que pude.

Cómo si el mundo o el universo conociera mi situación y el querer llegar rápido a casa me jugaba en contra con todos los semáforos en rojo, estaba irritada y seguramente mañana tendría un humor de perros.
Cuando por fin pude llegar a casa, aparque sin hacer ruido, coloque la alarma de la casa y entre despacio, no se escuchaba ni el zumbido de la mosca, subí con cuidado y entre a mi habitación cuando por fin subí las escaleras en silencio, cerré con cuidado para que no rechinara la puerta y cuando lo logré cerré con seguro.

Así como estaba me tiré a mi cama, arrojando la bolsa y el teléfono al piso, el que sono como si se hubiera roto pero no me importo, abrace uno de mis peluches y cerré los ojos para por fin quedarme dormida.



👓👓👓



Cómo bien supuse mi humor estaba por los suelos, me había levantado más temprano de lo que hubiera querido, me había cambiado ya por algo cómodo y abrí la puerta por la que luego de unos minutos entro mi papá deseandome buenos días y que me cuidará y cuidara a mi mamá ya que él debía salir con uno de sus amigos a arreglar algo.

Solo logré asentir y volví a acostarme en mi cama.

—Mamita, su papá ya se fue.... Se encuentra bien?— mi mamá entro en silencio a mi habitación

Asentí levemente— Si, solo hoy no es un buen día

—Todo mejorará Bettica— deja una suave caricia en mi cabello— quiere que le suba el desayuno?

Niego— No tengo hambre, pero gracias mamá

Escuché su suave suspiro— Está bien Betty, cuando tenga hambre me avisa sí

Logré asentir levemente y ella salió de mi cuarto dejándome sola de vuelta.

—Entre tú y Patricia hubo algo?— miro a Daniel

—Ire por vino— sonríe levemente levantándose del sofá

Suspiro recordando eso.

—Es muy importante para ti saberlo— me mira

Por supuesto que era importante, por muy del pasado hubiera deseado que el fuera sincero así como lo fui yo contándole lo de Miguel.

De tando darle vueltas al asunto mi cabeza me estaba estallando, cerré los ojos tapandome con una frazada y volví a quedarme dormida.

No eres lo que pensaba • Daniel ValenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora