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• Ella, quien había recibido el potente impacto del "Black Flash", intentaba forzosamente no caer inconsciente gracias a ello.

(Narra Sukuna) Trata sobre el ataque más bastardo de todo el mundo de la hechicería, en dónde impregnado tu golpe con energía maldita en un lapso de 0,000001 segundos, el espacio se distorsiona y el poder del chaman se eleva en un 2,5.

Afecta de alguna u otra manera al cuerpo espiritual del objetivo, por lo tanto es buena técnica en contra de esos demonios... •

[— Dominio Innato —]

(Narrador) Sukuna sonrió •

— Mhmm...interesante —bufó de forma arrogante— Pensé realmente que no lo conseguiría, pero al parecer aprovechó inteligentemente el empujón de suerte que le dió la vida con los seis ojos —dijo—

[— Realidad —]

• Él observaba el cómo por cada segundo que pasaba, aquella demonio se iba rindiendo ante el impacto poco a poco •

— (¡Lo logré! ¡Logré golpearla con "Black Flash"! ¡Solo así, tenía oportunidad de ganarle antes de cansarme de forma innecesaria!) —se felicitaba a sí misma— (¡Bien!)

• Mukago, al final, tambaleó durante unos instantes hacia atrás, y cayó de trasero al suelo con los ojos desorbitados, aunque aún no en blanco total.

Ella estaba analizando lo que había pasado; "fuí golpeada, pero, ¿por qué? ¿Qué demonios fué eso?" Se sentía confundida, y con justa razón. Más sin embargo, no se rindió y empezó a pasarse con fuerzas del suelo •

— ¿Heh?

• El sonido de la sangre emergiendo de todo lugar que pudiera salir la asustó...toda su cara y cuerpo estaba cubierta de sangre. Apenas pudiendo regenerarse alzó la mirada hacia la albina chica.

Recordó algo •

[— Flashback —]

• Estaba arrodilada ante su amo; Kibutsuji Muzan, rey de los demonios...

(Narra Mukago) Estúpida, estúpida. ¡Estúpida! El amo Muzan te advirtió sobre esta chica, ¡te dijo lo peligrosa que era, y no escuchaste! ¡Terca de mierda! •

— ¿Estás segura...Mukago? —con su amenazante tono me preguntó— Ella es digna de ser nombrada como alguien fuerte. Y tú no lo eres; alguien fuerte no eres —cruelmente decía—

— Está en lo correcto...sin embargo, deme la oportunidad —le rogué tontamente— Confíe en mí, por favor. Le traeré la cabeza de esa mujer, a como dé lugar —levanté la cabeza con una decidida mirada—

— ... —entrecerró los ojos mirándome— ...Te daré solamente una oportunidad, y espero que me seas de utilidad, Mukago. De lo contrario, espero no verte nunca más pasar en frente de mis ojos...

¡Kin-Kin-Kin!

• Su biwa sonó •

[— Actualidad —]

• No...¡No importa cuan débil sea, cumpliré con las expectativas de ese hombre! ¡Yo...! •

— ¡Yo...! —alzando mi mirada— ¡Demostraré...altura ante sus expectati-!

(Narrador) Sin terminar de hablar, todo su cuerpo empezaba a convertirse en plantas, plantas y más plantas; hasta llegar al punto se no-retorno en donde con el sondo de un biwa sonar desaparecía de los ojos de Mei •

Kny y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora