Cap. 1 - El favor

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Desde que nuestras familias debieron reunirse para el funeral de Lady Laena y ella me ayudo a que yo reclamara a Vhagar, nos volvimos muy unidos. De hecho, estuve muy feliz cuando después de eso, todos decidieron vivir en la fortaleza roja y no en DragonStone, y gracias a eso, nuestra amistad creció aún más. Todos llevábamos una buena relación. Mis sobrinos y primas, eran interesantes, pero yo no pasaba mucho tiempo con ellos, solo con ella.

Mi hermano Aegon, se había casado con nuestro sobrino Jace y Hel con Baela, y ya tenían a sus muchos cachorros corriendo por todo el castillo. Yo fui ofrecido a diferentes casas, pero siempre me negué. Nunca quise saber nada con nadie, solo esperaba tener la oportunidad de poder estar con mi Beta, pero con el tiempo, esa esperanza se marchito el día que la prometieron a Lucerys Velaryon.

Esperaba su regreso con ansias y, si no hubiera sido por su carta, yo mismo hubiera ido a verla a Driftmark. Desde que se había casado, no la veía con tanta frecuencia y luego que su abuelo murió, debió ocupar su lugar como heredera directa de la Serpiente marina. Ese día fue cuando mi corazón se rompió, el tener que despedirla para ya no tenerla a mi lado, fue lo peor.

Ahora volvía a ver a mi amiga mientras descendía de su dragón. Ni bien toco tierra, me acerque y ella se abalanzo hacia mí, en un fuerte abrazo, haciendo que me desestabilizara. La rodeé con mis brazos y me permití hundirme en su aroma. Todo su calor me invadió y me fue difícil soltarla, pero al levantar la mirada, ahí estaba él. Su alfa y esposo, mirándonos con sus ojos verdes y su media sonrisa.

Lo salude de lejos y entramos al castillo. Ella se aferraba a mi brazo y yo solo me dejaba iluminar por su hermosa sonrisa mientras la escuchaba hablar. El solo nos seguía el paso desde atrás, sin participar de nada. Algo que le agradecí muchísimo, ya que solo quería que ella tuviera ojos para mí. Luego, nos separamos de él y la lleve a mi galería privada, para poder estar más tranquilos.

Rhaena – Tengo un favor que pedirte. – la mire, corriendo la taza de mis labios y acomodándola en la mesa – Necesito que hagas algo por mí y por mi casa.

Aemond – Por supuesto, pero dime que pasa? – la note nerviosa y muy ansiosa. Acerco más su cuerpo y tomo mi mano con fuerza. Estaba temblando y me preocupe muchísimo, pero ella no decía nada. Solo me daba una mirada de súplica y cerré más mi mano, con la de ella.

Rhaena – Necesito que me des un heredero. – mi sorpresa, hizo que ella ahora me tomara con ambas manos. Empecé a alejarme, pero ella solo se acercaba más. – Se lo que piensas, pero por favor. Si no estuviera desesperada, no lo hubiera ni pensado y no te pondría en esta situación, pero por favor entiende. Hace tres años que Luke y yo estamos casados, pero no hemos podido... Ya no puedo perder más hijos Mond, por favor. Tu eres omega, y sé que...

Aemond – Rhaena! – interrumpí – Entiendes lo que me estas pidiendo?

Rhaena – Si, y lo lamento. Pero realmente estoy desesperada Mond. Y sé que solo puedo confiar en ti en esto. No se lo pediría a nadie más, por favor.

Aemond – Y que dice Lucerys de esto? – cuestione y ella desvió la mirada – Rhaena! ¿No has hablado con tu esposo?

Rhaena – No, porque me preocupaba más tu reacción. Sé que, si se lo pido, él no se negara. Nunca me ha negado nada – sonrió dulcemente al recordar a su amado esposo, y agache la cabeza, para ver como nuestras manos se unían cada vez más. – Por favor Mond, tú eres mi única esperanza.

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Estaba sentado en la cama, escuchaba como la tormenta crecía y crecía afuera y solo podía apretar mis puños en mis rodillas. Sentía un gran nudo en mi estómago y cada dos por tres tragaba la saliva que se iba acumulando en mi boca. De pronto la puerta se abrió y entro.

Secretos y mentiras / LucemondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora