Cap. 2 - Sin él

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Cinco semanas pasaron de esa tormentosa noche. Yo no podía olvidarlo y esperaba que el tampoco. En las noches, buscaba a mi esposa pensando en él, pero como si leyera mi mente, ella me hacía a un lado. No hablamos de lo que pasó y yo evitaba nombrarlo. Cuando se fue, dijo que enviaría un cuervo con noticias, pero aún nada. Tal vez eso también la tenía algo preocupada y por eso tenía ese comportamiento conmigo. No lo sé realmente, pero en parte me sentía aliviado. Tampoco me hacía sentir bien todo lo que pasaba por mi mente y como mi corazón se oprimía cuándo miraba en dirección a Kings Landing.

Un día, ella despertó muy enferma. Desde esa noche, fue la primera vez que me aceptó a su lado. Pude ayudarla a llegar al baño y sostuve su cabello mientras hablaba con el retrete. Todo su cuerpo estaba muy débil y solo podía acompañarla en este malestar. El Maestre nos visitó y mientras esperaba en el pasillo a que el terminara de revisarla, pensaba en mi hermosa beta y en como podía hacer para ayudarla a sentirse bien. A qué ambos estemos bien, como antes. El viejo salió de la habitación y me invitó a entrar, se acomodo al lado de ella y me miró fijo y serio.

Maestre - Felicidades majestad, la princesa está embarazada

Lo mire sorprendido con la noticia y la mire, pero ella no me devolvía la mirada. Agradecí al viejo hombre y le pedí un tiempo a solas con ella. Ni bien dejo la habitación me senté a su lado y tomé su mano, buscando sus ojos con los míos. No decía nada, solo veía sus lágrimas caer e intentaba controlar mi respiración.

Lucerys - Bueno... - corte con el silencio - Esto explica porque no me querías cerca.

Rhaena - Lo lamento tanto Luke - dijo al fin sujetando mis manos - No pensé que esto pasaría, por favor perdóname.

Lucerys - No tienes por qué disculparte - dije sincero - Pero al menos, explícame que paso?.

Rhaena - Esa noche fui a verlos. Creí que tal vez tu necesitarías de mi ayuda para... Pero cuando los vi juntos, cuando vi como tú estabas tan unido a él, me puse celosa. Tú le hacías cosas que jamás me hiciste a mí, y podía ver cómo las disfrutabas. Estaba enojada y frustrada y debo admitir que un poco excitada después de verlos - sonreí al escuchar su honestidad - Asique volví a nuestra habitación e invite a uno de los soldados. Pero jamás pensé que esto pasaría, yo bebí el té al día siguiente y creí que todo estaría bien. ¡Lo lamento tanto!

Lucerys - No debes disculparte. Yo estuve con otra persona también...

Rhaena - Pero tú lo hiciste con mi consentimiento, tú lo hiciste por mí y nuestra casa. Yo solo por despecho.

Lucerys - Basta, no digas más - Acune su rostro y ella se hundió en mi pecho. Nos abrazamos con fuerza y sus lágrimas dejaron de caer - Ahora que tenemos a nuestro heredero, que pasará con Aemond?.

Rhaena - No hemos tenido noticias de él, asique lo más seguro es que no haya funcionado. Pero viajaré a verlo y le diré la noticia.

No me quedé muy tranquilo con eso, pero era mejor que ella viajará sola. Tenía miedo de volver a verlo. Temía que, si lo veía una vez más, ya no querría alejarme de su lado. A los siguientes días, la vi despegar y le deseé un viaje seguro. Tres días después, volvió. La note muy rara, pero con los días todo volvió a como era antes. Su vientre crecía y yo buscaba cualquier excusa para tocarlo y estar cerca de mi beta. Pensábamos en muchos nombres y hablábamos de cómo sería. Conocí al verdadero padre de mi futuro hijo, Elijah era su nombre y debo decir, que era parecido a mí, aunque sus ojos eran azules y no tenía rizos, por lo que me burle de mi esposa y ella solo se enojaba.

Sinceramente, no sé si ellos se veían. Porque más allá de que yo amaba a ese bebé, ella me rechazaba como alfa y podía ver cómo se relajaba cuando él entraba a la habitación. Asique lo designe como su guardia personal y mi beta, pudo llevar mucho mejor su embarazo.

Secretos y mentiras / LucemondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora