Cambios físicos / Estrías

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Muichiro amaba a sus fans. Cuando lo apoyaban como jugador de shogi, cuando le daban likes a sus femeninos outfits, cuando seguían su sección de desastres culinarios. Él siempre se esforzaba mucho por generar contenido divertido y mantener actualizados sus perfiles.

Por decisión propia había empezado a documentar su embarazo por medio de videos y mucha gente los había felicitado, sin embargo, mucho otros le habían hecho feos comentarios. Primero por embarazarse cuando subió las fotos de su prueba de embarazo, la gente le decía que era muy joven, otros aún más cerrados de mente continuaban diciendo que los hombres no debían tener hijos, por más que pudieran y algunos otros aún despreciaban su relación con Koretsu. Luego empezaron a fastidiarlo por contarles sobre sus dudas y miedos por medio de un post, “Si tenían dudas no debieron embarazarse” era lo que varios habían repetido. Y luego las quejas sin sentido de los haters aumentaron que la ecografía era falsa, que grabarse comiendo comida chatarra era un mal ejemplo para sus seguidores y lo último había sido por subir una foto de su vientre ahora que se encontraba un poco más grande.

Las lágrimas de Muichiro chocaron contra el vidrio de la pantalla. Kotetsu lo mantenía abrazado, ya había intentado calmarlo, sin embargo, algunas veces solo se debía estar allí y sostenerlo.

No eran muchos los mensajes negativos, pero si se destacaban algunos con duras críticas a su cuerpo. 

Que por su peso, que por sus estrías, que eso le pasaba por andar comiendo tantas papas fritas.

Dolor. Muichiro conocía ese sentimiento. Era lo mismo que había sentido hace varios años cuando su tío Michikatsu y el Ex-Presidente Muzan lo habían molestado tanto por su forma de vestir cuando iba en secundaria. Era lo mismo que sufrió cuando más de uno lo acosó por las redes cuando empezó a publicar sus fotografías. Y es lo que sentía ahora cuando en el momento más importante de su vida había gente que seguía burlándose.

Mientras Kotetsu aún lo abrazaba la puerta se abrió, eran Yuichiro y Genya. El mayor corrió hasta su hermano y lo abrazó.

-¿Por qué andas llorando? Es que tu lloras por todos.- Le dijo llamándole la atención y quitándole el celular.

-Niichan…- Sollozaba el embarazado.-¿Por qué la gente es tan cruel?-

-Es que la gente es una mierda.- Le susurró Yuichiro y le acarició la cabeza. Con una mano le hizo una señal a Kotetsu para que pudiera retirarse.

Kotetsu asintió y dejó a su esposo en los brazos de su hermano.

-Si supiera dónde están esos tarados los golpearía.- Fue la manera en que Genya saludó a Kotetsu. La mirada comprensiva que el menor tenía con su esposo había cambiado, su expresión era seria y sus grandes cejas estaban fruncidas.

-¿A sí?- Dijo seriamente mientras buscaba su computadora y sus lentes. -¿Pues quieres sus direcciones?- Preguntó en un tono que no parecía de broma y luego susurró. -Aunque personalmente preferiría que les dispararas.-

-¿Qué?- Respondió el chico de la cicatriz desconcertado.

-Nada Genya.- Digitó unos códigos más. Las cuentas de esos imbéciles habían sido eliminadas. Ser un especialista en sistemas y programación tenía que servir de algo.

Abrió una nueva ventana y digitó unos número más, quizás no podía borrar las estrías del cuerpo de Muichiro, ni podía borrar su dolor, pero al menos borraría el monto de las cuentas de esos sujetos.

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Tocaba un capítulo sad.

Pd.
Amo pensar en el Kotetsu hacker que de vez en cuando se sale de los márgenes de la ley.

Una nueva promesa [Muikote]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora