Patadas

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Si había algo que Muichiro podía hacer en todas partes era dormir. En el bus, en el avión, en clases y el trabajo, una vez se había quedado dormido en el templo y otra durante una competencia de Shogi importante, pero aunque su competidor intentó despertarlo, no pudo hacerlo.

Por esa razón era Kotetsu quien siempre se despertaba primero. Frotó sus ojos y lo vio a su lado, su vientre había empezado a marcarse un poco.

El sol ya estaba en lo alto, pero por suerte ese día no tenían que ir a trabajar. Se movió entre las mantas y se acercó al vientre de su esposo, el mayor ni se inmutó.

Estaban terminando el cuarto mes y Muichiro había leído que por esos meses ya podrían sentir a los niños moviéndose dentro de él. Sin embargo, aún ninguno había podido notarlo. El de cabello largo era muy fuerte y probablemente las pataditas de unos bebés eran imperceptibles para él, pero igual ambos solían quedarse varias horas los fines de semana intentando hablarles a los pequeños y esperando una respuesta.

Acarició la abultada zona con cariño y los saludó con un buenos días. No hubo ninguna respuesta como siempre. Luego volvió a pasar su mano con suavidad y dejó un beso.
-Los amo.- Susurró y delineó la circunferencia con sus dedos.

Desde adentro sintió como un golpe chocaba con el lado izquierdo del vientre de su esposo, fue suave y breve, pero logró que Muichiro se despertara.

-¿Qué pasó?- Preguntó algo desconcertado. Kotetsu sin saber que hacer solo señaló hacia el vientre del mayor. En la piel del mayor se formó como una especie de ola y esta vez desde la derecha se sintió otro golpecito similar.

Ambos se sentían sorprendidos y se quedaron observando, pero el movimiento no se repitió.

-¿Cómo hiciste?- Cuestionó Tokito a su esposo.
-Solo les dije “Los amo”.- Respondió el de grandes cejas y el vientre de la futura mamá volvió a moverse bajo su atenta mirada.

Muichiro se rió y el menor lo siguió, acariciaron la zona golpeada y ambos volvieron a decir "Te amo". Lo dijeron una y otra vez mirando como los pequeños se movían felices dentro de su casita en el cuerpo de Mui.

Todo el día se quedaron en la cama comunicándose con los pequeños miembros de su familia.

Una nueva promesa [Muikote]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora