Seis

75 9 2
                                    

Por fin tocó el timbre para irnos, yo ya le había avisado a mi mamá que iba a ir a la casa de Guido.

Estaba emocionada, debo admitir.

— ¡Gina! — Habló Guido.

Estaba metida en mis pensamientos, hasta que el me habló.

— Perdón estaba pensando. — Contesto.

— Tenemos que cruzar la calle, casi te lleva puesta un taxi boba.

— Perdón. — Dijo de nuevo.

— Dame la mano, no pasa nada. — Sonríe.

Yo le hice caso, sin decir ni una palabra lo agarre de la mano.

Parecía tonta mirándole la mano, estaba tan embobada que ni me di cuenta de que ya habíamos llegado.

Era una casa muy linda.

Guido sacó la llave de su bolsillo y abrió la puerta.

Me dejo pasar primero, como todo caballero.

Al entrar me percate de un chico algo alto y de pelo castaño, supongo que era uno de los hermanos de Guido, no quise prfguntar pero Guido rapidamente hablo.

— El es Gaston, mi hermano.

Solo asenti y el castaño se dio vuelta al segundo en el que lo nombraron.

Se paro en frente de nosotros y me saludo muy amablemente, solo le sonrei.

Pero vi como la cara de Guido cambio cuando Gaston me abrazo para saludarme, paso a estar con una cara alegre a una enojada o quiza celosa... Quien sabe.

— ¿Que te pasa? — Le pregunte al ver la exprecion en su cara.

— Nada. No te acerques a Gaston, es un pajero.

Yo me reia por dentro, pero por fuera solo asentia.

Pronto fuimos a su cuarto, en el cual estaba otro rubio como el.

— Pato ella es Gina, una amiga del colegio.

Lo dijo  con esperanzas de que Pato no se levqntara a abrazarla, pero ese no fue el caso.

Pato obviqmente se levanto a abrazarme, a lo que Guido le dijo al oido.

— Ni se te ocurra acercarte a ella, ¿Me escuchaste? - Dijo susurrando.

Yo me moria por dentro, apenas nos conociamos hace como dos o tres meses y ya era asi. No me quiero ni imaginar cuando seamos novios.

No basta, tengo que dejar de pensar en esas cosas me van a hacer mal.

O quiza no, no. Ya basta.

Tengo que enfocarme en mis estudios... Ja ja ja, que risa ¿Yo enfocarme en los estudios? No tengo ni la carpeta completa.

— ¿Hermosa? — Pato habll.

Me hizo salir de mis pensamientos, ¿Hermosa?

Me dejo algo sorprendida, pero no le hice caso.

— ¿Uhm...?

— ¿Cuantos años tenes? — Pregunto.

— Estoy por cumplir los quince en unas semanas, ¿Por qué

Él lo miro a Guido sonriendo algo sorprendido, pero no hizo nada más.

Me dejo con la palabra en la boca, ya que no me contesto.

Solo rodé los ojos y me cruce de brazos algo molesta porque se susurreaban cosas, hasta qué por fin Guido habló.

— ¿Vamos a hacer la tarea?

— Sí, sí dale.

Sin muchas ganas saque las cosas de mi mochila y me puse a hacer las cosas con Guido, Pato aún seguía en la habitación pero no le di importancia.

Al poco tiempo terminamos, y me agarró algo de sed, así que le pedí algo de tomar a Guido y yo me quedé sola con Pato.

— ¿SOS novia de Guido? — Preguntó.

A lo qué yo trate de digerir la palabra,  pero rapidamente de dije que no.

— Sólo, somos amigos. O al menos eso creó.

— Ah, todavía no te lo ha dicho.

— ¿Decirme que?

— No, nada. De nada, no es nada.

Ese comentario me dejó con la intriga, pero era muy tarde para seguir preguntándole, porque Guido ya había vuelto.

Me dio el vaso y casi me ahogo pensando.

Solo me reí junto con Guido, por lo que había pasados.

En todo el día siempre se me aparecía aquella conversación con Pato.

No podía parar de pensar en eso.

Bajos Instintos ; Guido SardelliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora