capítulo 5

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Siempre quise salir al exterior, pero mi padre jamás me dejó. Según él, quería protegerme de las personas que podrían hacerme daño, y no quería que terminara en un mercado negro como otros Lumians. La mayoría de las personas conocían la existencia de los Lumians, aunque algunos decidían no creer en ello. Lo único que conocía era esta gigantesca casa, y solía salir solo para cumplir las misiones que me asignaban. Más allá de eso, mi mundo era limitado. Desde pequeña, tomaba clases particulares impartidas por mi maestro, quien me enseñaba todo lo que necesitaba saber. Pero esa educación no reemplazaba la experiencia de ver y vivir el mundo exterior. Mi padre me había enseñado a protegerme, aunque no de la mejor manera. Sus métodos eran duros y, a veces, crueles, pero me habían preparado para enfrentar casi cualquier amenaza.

                           🌷🌷🌷

Me dirigí a la oficina de mi padre. Toqué la puerta y él dijo:

—Adelante.

—¿Me mandaste a buscar, padre? —pregunté al entrar.

—Sí, Lili —respondió, entregándome una foto de un hombre—Quiero que lo asesines.

—¿Por qué? —dije, algo confundida.

—Porque es una orden —respondió con firmeza—. Ese hombre es el líder de un grupo mafioso y últimamente nos está causando muchos problemas. Está robando a nuestros clientes y nuestra mercancía.

—Está bien, padre —respondí,

aceptando la tarea .No era la primera vez que termino con  una vida. Recuerdo que cuando tenía 8 años el me obligó a disparar el gatillo a un hombre. Me dijo que el era un tipo muy malo y no merecía vivir .Esa fue la primera vez que acabe con una vida.

Me dirigí a una casa color marrón para llevar a cabo la misión. Al acercarme, vi que había muchos guardias apostados alrededor, vigilando cada rincón. Sin perder tiempo, concentré mi mente y usé mi telepatía para hacer que todos los guardias cayeran al suelo, inconscientes, en cuestión de segundos. Avancé con cautela por los pasillos de la casa, mis pasos resonando en el silencio. Cada habitación y corredor parecía alargarse, pero finalmente llegué a la puerta de mi objetivo. La abrí de un empujón y entré.El hombre me miró con una expresión de puro terror. Su rostro reflejaba miedo y desesperación. Intentó retroceder, sus ojos buscando una salida, pero sabía que no tenía escapatoria.

Levanté mi mano y, usando mis poderes, lo hice levitar, sofocándolo lentamente. Su rostro mostraba pánico, pero entonces logró hablar, casi sin aliento.

—Tu padre es un imbécil—dijo con dificultad.

Decidí bajarlo, permitiéndole respirar.

—¿De qué hablas? ¿Lo conoces? —pregunté, llena de curiosidad

—Sí, lo conozco —respondió, recuperando el aliento

—. Hubo un tiempo en que fuimos compañeros de trabajo. Trabajábamos en una organización dedicada a salvar a los Lumians. Todo cambió el 18 de octubre de 2002 cuando un Lumian mató a su hermano. Desde ese día, empezó a ver a los Lumians como monstruos y decidió cambiar de bando. En lugar de protegerlos, quería extinguirlos.
—Hubo una gran masacre ese día  —continuó el hombre—. Ese día, solo una familia Lumian logró escapar de tu padre.

—¿Qué familia escapó? —pregunté con curiosidad.

—No lo sé con certeza —respondió—.

 Levanté mi mano y lo hice levitar, apretando su garganta  hasta que dejó de respirar. Al caer inerte al suelo.
Mi mente volvía a una pregunta recurrente: ¿por qué mi padre experimentaba con los Lumians y los vendía?Siempre le preguntaba, pero nunca obtenía una respuesta. Me ignoraba o cambiaba de tema, dejándome con la creciente sospecha de que había algo profundamente mal en sus acciones pero ahora ya sabia la respuesta. Al final, yo misma soy una Lumians, pero mi padre siempre insistía en que yo era diferente.”Ellos son inferiores”, decía con desdén. “Tú eres especial, Lili. Tienes un propósito mayor.”

Llegué a casa y me dirigí directamente a la oficina de mi padre. Abrí la puerta sin llamar.

—El trabajo está hecho —anuncié, tratando de mantener la compostura.

—Bien hecho, Lili. Ahora ve a descansar un rato .

respondió sin levantar la vista de sus papeles.

—Padre, quisiera preguntarte algo —dije, sintiendo un nudo de nervios en mi estómago.

—Adelante, pregunta —

Dijo, aunque su tono sugería que no estaba realmente interesado.

—¿Cómo conociste a mi madre?

pregunté, con la esperanza de obtener finalmente una respuesta sincera.

—Ya hemos hablado de eso. Ella nos abandonó. No hay más que decir

respondió bruscamente, levantando finalmente la vista para mirarme con frialdad.

— Ahora sal de mi oficina.

—Si tan solo me dieras una pertenencia de ella, yo podría buscarla con mi telepatía.

Dije, mi voz quebrándose un poco al expresar mi desesperación.

—Ya fue suficiente, Liliana .¡Retírate!

ordenó, su tono más molesto. Me retiré de su oficina, sintiendo una profunda tristeza. Anhelaba conocer a mi madre, entender quién era y por qué nos había dejado. La indiferencia de mi padre solo hacía que mi deseo de encontrarla creciera más. Pero por ahora, tendría que conformarme con el vacío y las preguntas sin respuesta que llenaban mi corazón.

Sombras del pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora