Capitulo 3

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Todos esos días en el Desembarco del Rey, cuando Odeliah no estaba con Haelena, o no estaba con sus deberes como Lady, cuando Lucerys no estaba entrenando con su hermano y padrastro o con sus deberes como futuro Lord; los dos jóvenes se la pasaban juntos, leyendo, chusmeando (asta ya le había mostrado a Arrax), o simplemente se la pasan comiendo galletas, postres y pasteles. Como ahora que se encontraban escondidos en la biblioteca, terminado de comer unas porciones de pastel.

-Que bueno que lo hicimos ahora. Después no podríamos comer tanto

-Habla por vos, yo pretendo estar toda la noche sentado, sin pretender alejarme de la mesa dulce

-¡Qué afortunado!- manifestó con falso enojo e imitando cordialidad Odeliah-Yo tendría a mi madre a mi lado regañándome si complazco la gula, y es seguro que empezaría a rezar a los siete, por mí -Soltó unas carcajadas que no tardaron en contagiar a su amigo-Tengo que ir a ver a Helaena, de seguro requiere mi presencia-

Los dos se levantan de su escondite

-Y- Lucerys dudo, pero al final pregunto- ¿cómo ha estado? Con todo esto, con la boda-

-Pues, es difícil saberlo. Ella es como la vez, se muestra tan y como es. Cuando se anunció el compromiso, fue la última vez que hablamos de ello. Y eso fue hace como tres semanas.- Odeliah prosiguió con pena- Aunque la veo un poco apagada y más ida de lo común. Parece haber dado un fin a sus sentimientos, trato de brindarle mi apoyo, pero hay que darle tiempo

-Sí, también lo he notado. Mi Hermano me contó que había tratado de hablar con ella y que ella que le dijo que las cosas están como deberían estar

-Es algo que diría ella- dijo la Lady, pensando en su amiga, pero al pensar en ella se acordó que se tenía que ir.

Así sin más, se despidieron.
Ella se fue corriendo a los aposentos de la princesa, para poder ayudarla.

-Helaena, ¿necesitas algo?-pregunto Odeliah cuando ya estaba en los aposentos de la princesa

-Oh no, nada- respondio la princesa-ya estoy lista, y veo que tu tambien- observo a esta

-¡Si, estoy emocionada. Hoy volveré a ver a mi familia!-expreso la Bracken entusiasmada dando pequeños saltistos

Helaena sonrió al ver así a su amiga. Ella sabia que extraña a su familia y nunca había tenido el placer de conocer a esa familia, así que era mentira si decía que ella no estaba emocionada. Su amiga hablaba del vinculo que tenia con su familia, tanto que siempre soñaba con poder conocerlos y tener un vinculo asi con su propia familia

-Los vas a conocer, le vas agradar- dijo Odeliah, observando que la sonrisa de Helaena se iba desvaneciendo

-Eso espero-dijo sin mas

-Bueno, entonces, no recaigas. Nos vamos a divertir. Tal vez tomemos un poco de esos vinos que toma Aegon- hablo mientras se acercaba a la contraria y le agarraba las manos en las suyas- vera que nos vamos a divertir-dijo viendo a si amiga mas ida

Odeliah se encargaría que su amiga no este triste toda la noche y todos esos días que le seguían.

-Intocable como un cielo de diamantes distante una flor creció en suelo enemigo-Manifestó Helaena, desconcertado a su amiga

Odeliah sintió que vio un fantasma, su rostro palidecio. Era una profecía. Y no me daba buena espina, de alguna manera la hizo sentir incomoda.
Toda la tensión fue disuelta por unos toques en la puerta

-Adelante- dijo Odeliah. Aun mirando a su amiga, tratando de encontrar la mirada de su amiga que era esquivaba.

Helaena cuando el mensajero entro saco sus manos de las de su amiga y se alejo de ella, dandole la espalda para observar por la ventana.
Puedo escuchar desde su posición como un mensajero le informaba a Odeliah que los Bracken ya se encontraba en el castillo. Su amigo agradeció al mensajero y este se fue dejándolas a las dos de vuelta solas.

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⏰ Última actualización: Aug 14 ⏰

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EL AMOR BROTÓ DEL ÚNICO ODIO / Benjicot BlackwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora