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𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟲: 𝗠𝗮𝗻𝗶𝗽𝘂𝗹𝗮𝗰𝗶ó𝗻

La tarde se desvanecía lentamente, sumiendo el paisaje en una oscuridad creciente

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La tarde se desvanecía lentamente, sumiendo el paisaje en una oscuridad creciente. El tren avanzaba con un ritmo constante, llevando a la familia Morgnistar y a Alastor hacia su destino. La señora Beatriz, con una sonrisa sutil, se había asegurado de que Alastor se sentara cerca de ella, mientras que Lucifer y el señor Enrique ocupaban los asientos opuestos.

El señor Enrique, con una expresión serena, miraba por la ventana, observando cómo el cielo se transformaba en un morado claro y luego en un oscuro intenso. Su rostro reflejaba una calma que contrastaba con la tensión que se palpaba en el aire. Beatriz, con un libro en sus manos, parecía absorta en la lectura, pero de vez en cuando lanzaba miradas furtivas a Alastor, quien estaba sentado a su lado. Lucifer, por otro lado, también leía un libro, pero su atención se desviaba constantemente hacia Alastor, su rostro rubio se sonrojaba ligeramente cada vez que sus ojos se encontraban con los del moreno.

Alastor, con una mirada intensa, parecía estar estudiando a Lucifer, como si tratara de descifrar sus pensamientos. La tensión entre ellos era palpable, y el silencio se hacía cada vez más incómodo. El señor Enrique, quien había estado observando la escena, comenzó a sentirse inquieto, como si la falta de diálogo estuviera creando un vacío que necesitaba ser llenado.

— Y bueno... — El señor Enrique, con una expresión de curiosidad, se dirigió a Alastor mientras prendía un cigarro, liberando una espiral de humo que se elevaba hacia el techo del tren. — ¿No te incomoda venir con nosotros, Alastor? —preguntó, con una voz suave y melodiosa que contrastaba con la tensión que se palpaba en el aire.

— Alastor, con una sonrisa confiada, respondió — No para nada, señor. Al contrario, me gusta este tipo de viajes. Es súper entretenido. — Su voz era firme y segura, pero sus ojos parecían esconder un secreto, una emoción que no quería revelar.

— Bueno. — El señor Enrique asintió con la cabeza, tomando un largo trago de su cigarro. — espero disfrutes estar allá en nuestra casa, pero déjame decirte que no hay mucha luz. Es casi un pueblo.  — dijo, exhalando el humo lentamente.

— No se preocupe, estoy acostumbrado a todo — Alastor se encogió de hombros, con una expresión de indiferencia.

— Beatriz, con una sonrisa sutil, intervino en la conversación. — Por cierto, mi amor - dijo, dirigiéndose a Enrique - no te olvides que mi hermana vendrá a visitarnos, también el Padre Joel — Su voz era suave y melodiosa, pero parecía esconder un tono de advertencia.

— El señor Enrique se sorprendió, frunciendo el ceño. — ¿Qué? Eso no me dijistes — dijo, con una voz que parecía reprochar a Beatriz por no haberle informado antes.

— Beatriz se encogió de hombros, con una expresión de inocencia. — Ups, cierto. Perdón, se me olvidó. Pero ahora ya lo sabes.

— Alastor, con una expresión de curiosidad, se dirigió a Lucifer, quien estaba sentado en silencio, con la mirada fija en su libro. — ¿Te gusta el viaje, Lucifer? — preguntó, cruzando sus brazos sobre su pecho.

SMILE | RADIOAPPLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora