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15 años atrás

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15 años atrás.

El prostíbulo estaba llena de humo y el aire era denso. La música electrónica retumbaba en las paredes y el suelo vibraba bajo los pies. La multitud era diversa, con personas de diferentes culturas y edades. Había alemanes con sus characteristicos sombreros y bigotes, chinos con sus trajes tradicionales, árabes con sus túnicas blancas y muchos otros.

En un rincón, un grupo de hombres se reían y bebían whisky. Eran unos cinco señores. De repente, una mujer se acercó a ellos. Llevaba un vestido rojo ajustado que destacaba su figura y su cabello marrón largo caía en cascada por su espalda. Estaba bien maquillada, con ojos oscuros y labios rojos. La mujer se acercó al grupo con una sonrisa forzada. No parecía querer estar allí, pero algo la obligaba. Detrás de ella, un hombre gordo con un traje negro la miraba con ojos amenazantes. Era su jefe, y ella sabía que no podía desobedecerlo.

—Buenas noches. — Mencionó toda coqueta pero algo incómoda. - ¿No les gustaría algo de compañía?

— Vaya, vaya. — Dijo el señor Jack. — Que mujer más hermosa, de todas las prostitutas tu eres la más hermosa, ven querida, siéntate a mi lado.

— Si, claro. — Con una sonrisa se sentó al lado del señor de talla grande, algo incómoda por tener muchos hombres a su alrededor pero tenía que cumplir su deber como prostituta. — Dime ¿Cómo te llamas guapo?

— Me llamo Jack ¿Y tú muñeca?

— Me llamo Roo, un nombre raro pero creeme que cuando te enseñe lo que sé vas a saber que soy única. — Mostró una sonrisa de lado pero sentía asco al sentir la mano del señor sobre su muslo acariciando este. — Bueno. — Dijo apartando la mano del señor. — ¿No quieres ir a otro lugar?

— Claro que sí princesa, primero hablemos con tu jefe, está noche me vas a demostrar lo que sabes.

— Si....

El señor Jack se acercó al jefe de la sala, un hombre gordo con un traje negro, y le habló en voz baja. El jefe asintió con la cabeza y mencionó un precio. Y este no dudó en pagar y sacó su cartera para entregar el dinero. Una vez que el trato estuvo hecho, Jack se acercó a Roo, la mujer de vestido rojo, y la agarró suavemente de la cintura. Ella no opuso resistencia y se dejó llevar hacia la salida.

Mientras caminaban, Roo cruzó miradas con un extraño, un chico adolescente con cabello marrón algo largo y una pequeña cola en la parte posterior. Llevaba lentes y un abrigo marrón que le daba un aire de timidez.

Antes de salir, Roo se detuvo y dijo que iba a buscar sus cosas. Se dirigió a un rincón de la sala y sacó un bolso de mano. Mientras lo abría, sacó un cuchillo pequeño y lo guardó en el bolso con disimulo. Cuando estuvieron afuera, Jack se cruzó con unos amigos que estaban parados en la acera. Se detuvo a charlar con ellos durante unos minutos, riendo y hablando de cosas triviales. Roo se quedó a su lado, mirando alrededor con una mezcla de curiosidad y nerviosismo.

SMILE | RADIOAPPLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora