Taehyung había visto aquel omega un sin fin de veces a través de las vitrinas.
Pese a su deseo de querer hablarle, verlo todas las noches irse en compañía del mismo alfa de siempre le impedía siquiera mirarlo directo a los ojos.
Incluso si la vida l...
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—Por favor Shang, solo te estoy pidiendo un día, nada más—
Evitó suspirar cuando su alfa le miró sin ganas, ambos estaban en la cama, habían tenido una agradable charla durante ese rato, sin embargo, la conversación se fue por otro lado.
—Yo también necesitó descansos, quisiera tener más tiempo para poder convivir con mis padres, con mis hermanos—
No podía respirar, no quería hacerlo.
El aroma de su alfa se había vuelto amargo, demasiado denso, respirarlo era molesto.
—No he visitado la tumba de mi madre desde que se sepultó, quisiera verla—
—¡Que ella ya está muerta Jungkook!— exclamó molesto, provocando que Jungkook cerrará los ojos a la vez que llevaba sus manos para cubrirse el rostro. —¡Por la Luna! Ya déjala ir—
Tragó saliva, mantuvo los ojos cerrados ejerciendo presión en sus párpados, inhaló profundo a la vez que se mordia la lengua.
El dolor físico era ligeramente más soportable que el dolor emocional o psicológico.
Mordió con más intensidad su lengua, evitando que un sollozó saliera de sus labios.
—Lo siento Shang, solo que quiero despedirme finalmente de ella—
Apretó las mantas, cubriéndose parte del rostro con estás, sintiéndose por un momento como un niño asustadizo.
—Ella puede esperar a que la situación con nosotros esté mejor, no creo que se valla a ir—
La luz de los postes de la calle lograba iluminar ligeramente la habitación aún si tenían las cortinas cerradas.
Esa luz era más que suficiente.para poder distinguir apenas el rostro de su alfa.
Lucía molesto y cansado.
Podía sentir por medio de la marca que Shang estaba hastiado de escucharlo, y a la vez desinteresado, como si le diera igual lo que estuviera pasando, como si escucharlo fuera una molestia.
—Buenas noches alfa— susurro, lo suficientemente alto para ser escuchado, sin embargo, fue ignorado.
Lo único que pudo hacer fue darle la espalda a Shang mientras abrazaba sus rodillas, buscando darse el calor que su pecho y su lobo anhelaban con tanto fervor.
Cerró los ojos, dejando fluir su mente, permitiendo que tomará elementos de su realidad y de todo lo que conocía sobre el amor gracias a las películas y libros.
Tal vez estaba haciendo mal al ponerle expectativas a su matrimonio, a su relación, a su estilo de vida.
Tal vez la vida que estaba llevando con Shang era más común de lo que pensaba y solo idealizo su futuro al lado de su alfa.
