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Jimin se detuvo frente al espejo, observando su reflejo con una mezcla de vergüenza y turbación. La escena que había causado temprano en la cafetería, delante de los ojos de Jungkook, seguía resonando en su mente como un eco persistente.

Y para empeorar las cosas, se había equivocado en el nombre de él en más de una ocasión. Respiró profundamente un par de veces, tratando de calmar su agitación, antes de salir del baño y encontrarse con una visión que dejó sin aliento.

El techo de la cafetería parecía haber desaparecido, reemplazado por un mar de estrellas flotantes que adornaban el espacio con una belleza etérea. Jungkook se movía con gracia, dejando flores naturales en puntos estratégicos del local, creando un ambiente mágico que parecía transportar a Jimin a un mundo diferente.

Pero lo que realmente capturó su atención fue la figura de Jungkook, que se detuvo al verlo parado en medio del lugar, con la cabeza hacia atrás, observando las estrellas con una atención que parecía hipnotizarlo.

Jimin sintió un impulso irresistible de quitarse los zapatos y correr por el lugar, bailar entre las estrellas y jugar con sus destellos. Era como si hubiera entrado en un sueño, un mundo donde la realidad se desvanecía y solo quedaba la magia. Volteó a ver a Jungkook, que se acercaba a él con una sonrisa en los labios.

—Es hermoso —dijo Jimin, sin poder contener su admiración.

—Dijiste que te tranquilizaba ver las estrellas, justo cuando te pones nervioso —respondió Jungkook, con una voz suave que parecía acariciar su alma.

Jimin se rió con fuerza, sintiendo una alegría que no podía contener, antes de asentir con la cabeza.

—Son muy lindas —susurró, mientras caminaba por el lugar, parándose de puntas para tratar de alcanzar alguna de las estrellas.

—¿Quieres que te empaque el pastel? —preguntó Jungkook, interrumpiendo su ensueño, mientras ajustaba su delantal.

Jimin se sentó rápidamente, quitándose los zapatos con prisa, como si temiera que el momento se desvaneciera si no actuaba con rapidez.

—No esperes que me vaya pronto si tienes un montón de estrellas justo en ese momento —dijo, con una sonrisa pícara en los labios. —Quiero comer aquí, Jeongguk.

Jungkook suspiró, resignado a dejar que Jimin se saliera con la suya. No podía decirle mucho, ya que por alguna razón, había esperado esta reacción. Y así, Jimin comenzó a bailar, moviendo las sillas con sus brazos, creando un espectáculo que parecía hipnotizar a Jungkook. Ese chico era un desastre, pero Jungkook no podía evitar sonreír ante su alegría.

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⏰ Última actualización: Aug 08, 2024 ⏰

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