WHAT IS THE HEART OF A QUEEN? - James Hook.

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WONDERLAND 1998.

No había duda que el país de las maravillas había sufrido una cantidad de cambio inmensurables desde la muerte del rey y el ascenso de la reina de corazones al poder, el régimen estricto se volvió una ley y aunque todos esperaban que la princesa hiciera grandes cosas lo esperaban en otro contexto, le había honor a su nombre de emperatriz, nadie esperaba eso de esa chica, ni siquiera su familia y eso era evidente, cuando regreso los primeros indicios solo marcaban una actitud más seria, pero no la necesaria para convertirse en tirana.

A muchos en su corazón les seguía doliendo la muerte tan inesperada del rey, y recordaban las pocas e insensibles palabras de su hija en su funeral, que sin lugar a duda dejaron mucho que desear ante la muerte de una personalidad tan amada entre el imperio, y dentro del castillo la voces corrían por la causa de la muerte del mismo, unos decían que desde la boda de su hijo había enfermado y que esa extraña enfermedad lo consumió rápido pero entre las dama de la madre de la reina, la misma desmentía esto diciendo fue algo tan inesperado que le rompió el corazón, y eso era claro porque la anterior reina no hacía más que empeorar de tristeza conforme pasaban los días.

A los cortos 22 casi 22 años la reina de corazones, había hecho un imperio de maldad impresionante, siendo temida por todos los habitantes del reino incluyendo a la corte real la cual se apegaba unicamente a lo que la reina decía sin objetar, lo unico que reconfortaba un poco al pueblo era el nuevo heredero de la corona, el pequeño príncipe Harry, el cual era un bebe amado por todos en el palacio.

La reina caminaba entre los largos pasillos para llegar al salón del trono para comenzar su día con su largo vestido rojo con negro, se había cortado su largo cabello, hasta dejarlo un tono que muchos dirían masculino junto con la corona real, ese día tenía la visita de la Bestia, por un asunto político de vital importancia y aunque no le agradaba tener nada que ver con el otro mundo fuera del suyo, el rey Bestia era uno de los pocos monarcas que solía tratar.

Llevaba a su pequeño entre sus manos, era una copia exacta de su padre y lo único que había logrado tener de ella eran sus pequeños ojos color café, el resto era ver a un pequeño James Garfio y le daba mucha ternura verlo, sin duda ese pequeño se había robado lo que tenia de corazón y nunca pensó amar tanto a una criatura como amaba a su hijo.

Cuando el rey Bestia llegó, fue recibido junto con su esposa al enorme palacio mientras eran escoltados por los guardias reales hasta la puerta del salón donde la reina los aguardaba, un poco más detrás iba el hada madrina, quien un poco asustada por estar en ese reino tan imponente caminaba casi temblando, si bien era poderosa, conocía el nivel de poder que las cartas de la reina tenían, la recordaba en la escuela asustando con sus cartas magicas a quienes intentaban burlarse de ella.

– Buenos días altezas y hada. –saludó la reina a sus invitados observando a la tercera de arriba abajo, seguía siendo igual de patética que siempre.

– Buen día su majestad. –saludaron los tres a la joven reina, si bien el hada madrina había estudiado junto con ella, parecía mucho mayor que la reina de cabello rojo quien tenía una apariencia bastante jóven pero con bastante autoridad, todos tomaron asiento mientras los sirvientes traían bocadillos. – Su hijo es muy adorable –halagó viendo el pequeño en brazos de la reina el cual observaba con curiosidad a todos en la mesa

– Es mi heredero, el principe Harry.

– Lindo hombre. –comento Bella con una pequeña sonrisa.

– Lo escogió su padre deja mucho que desear a decir verdad. –mencionó la reina para entregarle el bebé a una de sus criadas la cual tenía instrucciones de que hacer cuando se le era entregado el pequeño y de inmediato salió del salón del trono –Vamos al grano, Bestia, cuál era ese asunto tan importante que querías tratar. -preguntó mientras bebía lentamente de su taza de té.