7. Beso de la vida

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[Vampire AU]

[TW: Sangre y violencia explícita]

[×°×°×°×°]

Para Darryl, la sangre de Zak siempre había sido especial. No sabía si porque ya tenía un sabor excepcional de antes o si se trataba sólo del hecho de que era su sangre. No lo sabía, pero tampoco le importaba. Siempre había sido su favorita desde el mismo momento en que Zak le dio permiso de beberla.

Y ahora, sin embargo, aún en esa extraña situación en la que la sangre se derramaba a borbotones fuera de su cuerpo, no sentía nada más que náuseas.

Zak le miró con una sonrisa, aún con un brillo de adoración en los ojos. Incluso después de todo.

—Hey, BadBoy —murmuró, con la voz rasposa y peligrosamente baja. El aludido sintió como el apodo estúpido le hacía mella y rechinó los dientes con las ideas yendo a mil por hora. Las heridas de su contrario eran mortales, e incluso si trataba de llevarlo a un hospital, era muy probable que Zak moriría por el traslado. Llamar a una ambulancia sería prácticamente inútil: en el tiempo en que llegasen, Zak habría muerto. Darryl tenía conocimientos de medicina, aunque fuese obsoleta, puesto que su yo de hacía cincuenta años había decidido estudiarlo para matar el rato, pero no tenía ningún tipo de instrumento a la mano y sabía que cualquier cosa que tratase de hacer en ese ambiente sólo empeoraría todo. Y, sumando a todo, no había nadie en kilómetros a la redonda.

Sonrió débilmente, con un pensamiento arrumbado al fondo de su mente que crecía en intensidad a cada segundo que pasaba. La culpabilidad comenzó a crecer desde la parte baja de su espalda.

—Hey, Skep —respondió, tratando de modular su tono para no expresar su total pánico. La idea continuaba martillando en su mente, cada vez más audible.

—Se ve mal, ¿no? —Zak profirió un sonido apagado que estaba destinado a ser una risa, pero sonó más a un lamento. Darryl apretó los labios. Sus colmillos perforaron su labio y su boca comenzó a llenarse de sangre. La idea golpeó más y más fuerte en su mente, pero se tragó el líquido mientras se encogía de hombros.

—Un poco, pero te pondrás bien —mintió. Su voz fue apenas más alta que el susurro del aire pasando entre las hojas de los árboles.

—Bien… —repitió Zak, cerrando los ojos. El vampiro entró en pánico nuevamente y casi le gritó para que despertase cuando volvió a abrir los ojos con la misma estúpida y creída sonrisa de la que Darryl se había enamorado—. No está bien mentirle a las personas que van a morir, Bad.

Darryl frunció el ceño. Sentía la desesperación ascendiendo por su cuerpo de una forma que no había sido posible desde que era humano.

—No vas a…

—Sé que voy a morir —La interrupción no hizo nada más que agregar desesperanza—. Está bien. Cuando sabes los riesgos, no puedes enojarte con las consecuencias.

A cada palabra, la voz de Zak se hacía más y más baja. Lo estaba perdiendo.

Darryl sabía que podía salvarlo. Tenía el poder de hacer un milagro, justo allí, en medio de la nada, pero lo que eso conllevaba no se lo deseaba a ninguna persona, en ningún momento y en ningún lugar.

Deseó que el tiempo se parase, que pudiese pensar y meditarlo, que no todo fuese una decisión de unos segundos, pero la respiración del humano era cada vez más superficial y el latido de su corazón se debilitaba. No tenía otra opción. Si quería seguir, tenía que ser egoísta. Si quería seguir teniendo a Zak, tendría que tomar una decisión de la que seguramente se arrepentiría durante el próximo siglo.

Mordió el interior de su mejilla con fuerza, sintiendo la sangre llenar su boca desagradablemente. Tomó el mentón del humano con cuidado y giró un poco su rostro en su dirección antes de besarlo. Sintió el estómago caérsele al suelo cuando Zak le correspondió débilmente con las últimas fuerzas que le quedaban. Entonces, Darryl separó los labios, dejando ir un poco del líquido. Percibió como Zak tragaba y el efecto fue casi inmediato.

Las manos del contrario recobraron fuerzas y subieron a toda prisa, golpeando sus mejillas y apretando la carne. Por supuesto, ni siquiera un humano sano con toda su fuerza encima podría hacerle un rasguño, así que esa acción casi pasó desapercibida. Darryl continuó pasando la sangre trago a trago. No era necesaria mucha, pero eso ayudaría a acelerar el proceso, y tiempo era justamente algo que no tenían.

Cuando se separaron, hilos rojos caían a los lados de la boca de Zak mientras él gritaba. Sus gritos no tardaron en cambiar del dolor puro y crudo a las súplicas. Primero le pidió a Darryl que lo detuviese, que terminase con el incendio en su cuerpo. Luego, y lo más duradero, fueron los ruegos para que acabase con su vida.

Esas horas, en medio de la nada, cubiertos de sangre y suciedad, se quedaron grabadas en la mente de Darryl para toda la eternidad. En ningún momento dejó de disculparse, pero sabía que jamás tendría perdón.

Unos cuarenta minutos antes del amanecer, el corazón de Zak se detuvo por fin. Los gritos habían cambiado por cortos lamentos sólo unos pocos minutos atrás y se había quedado casi totalmente inmóvil contra el suelo, respirando pesadamente. Y luego, ya no había ningún sonido.

Darryl lo miró fijamente. El rostro serio, mirando al cielo, las pupilas rojas y salvajes y la falta de la cicatriz que tenía encima del ojo. Los ojos se giraron hacía él y, por fin, mostró una emoción. Desconcierto.

—Arde —dijo, señalando su garganta. Darryl decidió ignorar las uñas afiladas que ahora tenía—. Mucho. Siempre pensé que exagerabas, pero no. Te debo una disculpa. La sed apesta.

El castaño tomó aire aunque no lo necesitaba y decidió ponerse a hablar.

—Skep, yo… —Pero fue interrumpido.

—Me salvaste la vida —exclamó, sentándose de un salto que se veía raro en él al ser tan inhumano, pero Zak ya no era humano—. ¡Mira esto! —Sostuvo su sudadera azul manchada de sangre, con múltiples hoyos donde habían estado las heridas—. No te voy a mentir, no sé cómo aguanté tanto. ¡Soy increíble!

—Skeppy, no bromees sobre eso, yo… —Volvió a intentar, pero fue vuelto a interrumpir.

—No, no, no, ¡en serio que no! —Su tono era furioso, pero no del tipo de furia que estaba esperando—. ¡No quiero que me pongas esa cara triste cuando literalmente acabas de salvarme la vida!

—¡Te quite la vida! ¡Ya no estás vivo!

—¡Oh, vaya, gran diferencia a lo que estaba destinado a suceder!

—¡No es sólo morir y ya! ¡Te condené por toda la eternidad!

—¡No es verdad, deja de decir basura!

Darryl frunció el ceño y Zak lo imitó.

—El sol va a salir. —murmuró el hombre de azul al cabo de un rato—. ¿Podemos buscar otro lado en que hablar de esto donde no nos incineremos? ¿Y podríamos comer algo? Este ardor es jodidamente molesto, y si quieres mi opinión, me da un poco de asco pensar en beber la sangre de alguien, ¡pero qué se le va a hacer!

El castaño casi quiso soltar una risa, pero se contuvo. Apretó los dientes y suspiró audiblemente, poniéndose de pie, mirando el pobre conjunto de ropa que él mismo tenía puesto y le tendió una mano al hombre en el suelo, aunque este no lo necesitaba. Y, sin embargo, la tomó.

Iba a ser un día bastante largo.

























Notas:

Aquí es cuando ustedes preguntan: ¿Y cómo llegaron allí? Y yo les digo: No sé, sólo me importaba escribir el beso, saludos y buenas noches.

JAJAJAJA, ay. Sinceramente, para mí fue alguien o algo más atacando a Skeppy. ¿Quizás por su relación con Bad? ¿Quizás por un pleito externo? ¿Por estar en el lugar y momento equivocados? ¡No sé, y no pienso escribir más de esto, pero les dejo las ideas allí! ¡Nos vemos!

The4Demons

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