[Hunger Games AU]
[TW: Sangre, violencia explícita, intento de suicidio, etc]
[×°×°×°×°]
Zak debió haber imaginado que mentían. ¿Cómo no iban a hacerlo? Era sólo un show, y cambiar una regla tan importante sólo era un engaño para tenerlos a todos al borde de sus asientos.
Miró a Darryl, quien le devolvió la mirada tan triste y cansado que por un momento no le reconoció. Entonces sonrió, ampliamente, lleno de esa felicidad que se sentía como la brisa fresca en un día caluroso. Casi hasta le podía hacer ignorar el hundimiento en sus mejillas por la malnutrición, el tono amarillento enfermizo de su piel y las ojeras tan marcadas que parecían moretones frescos.
—Bueno, así termina, ¿no? —dijo, sacando uno de sus cuchillos del cinturón. Zak dirigió su mano a su hacha instintivamente, pero no hizo mayor movimiento—. Nos mintieron. El cambio de reglas fue sólo un engaño. Nunca iban a dejar que viviésemos los dos. Ni siquiera somos del mismo distrito, ¿por qué iban a hacerlo?
Entonces lanzó el cuchillo con su maestría innata característica. El chico de piel morena casi esperó sentir el filo incrustándose en su cerebro, pero el cuchillo se clavó lejos de él, en la corteza de un árbol cercano.
Zak desvió la mirada para ver el cuchillo, después regresó con Darryl, que le miraba casi divertido.
—No voy a matarte —Le dijo, sonriendo—. No puedo hacerlo, Zak. Así que hazlo rápido y ve a casa.
Su boca se secó. Su pecho se hundió. El mundo repentinamente se sentía tan vacío y, sin embargo, tan lleno. Pensó que podría vomitar, pero eso no era lo mejor ahora que seguramente tenía a todo el Capitolio mirando con las narices pegadas al televisor. No, al menos, si quería prolongar este breve momento de paz sin que les mandasen mutos.
—No —dijo, y su propia voz se escuchó extraña. Rasposa, grave, desconocida—. Me niego. No voy a matarte.
Darryl frunció el ceño. Sacó otro de sus ya escasos cuchillos y se lo tendió a Zak. Cuando este no hizo el más mínimo amago de tomarlo, empujó el mango en sus manos.
—No podemos hacer esto. Si no me matas tú, ellos lo harán, y sinceramente prefiero que seas tú —murmuró, suplicante, con la tristeza escurriendo por su voz—. Tienen que tener un ganador.
Zak observó el cuchillo en sus manos, luego observó a Darryl. Su cabello castaño, largo y mal trenzado, la ropa sucia, el corte desagradablemente largo encima de su ceja izquierda, infectándose. El amor de su vida, a sólo una decisión de los Vigilantes de perder la vida.
—Sí, tienes razón —dijo, lento, sopesando las palabras que acababa de escuchar—. Necesitan un ganador, ¿entiendes? Alguno de nosotros tiene que ganar. Ellos dijeron que, este año, los dos últimos sobrevivientes serían declarados Vencedores mientras fuesen equipo, incluso si no eran del mismo distrito. Llegamos hasta el final, ¿y qué nos dijeron? ¡Qué la regla se removía y que sólo podían tener un ganador! ¿Pues sabes algo? ¡Me niego a darles eso! —Lo último lo gritó al cielo. Casi esperaba caer muerto al instante, pero no sucedió. Bajó la vista hacía Darryl y le sonrió ampliamente.
—¿Qué planeas? —preguntó. El viento le despeinaba el cabello y parecía repentinamente varios años menor de lo que realmente era.
—¿Tienes más cuchillos?
—Uno más —masculló el hombre, sacando el susodicho objeto de una de sus mangas y extendiéndoselo. Zak negó con la cabeza.
—No, ese es tuyo —Bajó la mirada a su propia arma y suspiró, cerrando los ojos para infundirse valor—. ¿Confías en mí?
—Siempre.
Zak quería llorar. Sintió el nudo en la garganta comenzar a formarse y el peso en su pecho acrecentándose a cada segundo que pasaba.
—No vamos a darles un ganador —El hombre de piel morena abrió los ojos—. Tú y yo morimos aquí y ahora. No tendrán vencedor. Demostraremos que no somos sus juguetes —Y si su voz tembló mientras lo decía, Darryl no lo mencionó.
El castaño miró de reojo el cuchillo en sus manos, lamió sus labios y soltó una risa. El sonido del viento corriendo entre las hojas de los árboles fue lo único que los llenó por unos cuantos segundos. En ese silencio tan acogedor, Darryl le hizo una seña con la mano y le pidió que se acercase.
—Fue bonito haberte conocido —susurró, tan bajo que Zak no estaba seguro que los micrófonos de la arena lo captarían—. Fuiste de las únicas cosas bonitas que he tenido.
—Ojalá haber tenido más tiempo —imitó su tono bajo—. Ojalá haberte conocido en otras circunstancias.
Darryl volvió a reír, ahora húmedo por unas lágrimas que no se alcanzaron a derramar. Extendió la mano y tocó su mejilla, levantando un poco su rostro. Se acercaron como si fuese lo único correcto en ese momento, como si no todos los ojos de una nación estuviesen sobre ellos. Los labios de Darryl estaban resecos, pero no importó. Zak se sumergió en el beso, permitiéndose la sensación placentera mientras imaginaba que nadie más en el mundo los veía, incluso aunque sabía que miles, quizás millones, lo observaban.
Darryl entrelazó sus dedos entre su cabello, apoyando el mango del cuchillo contra el lado derecho de su cabeza. Y aún si eso le trajo realidad a la situación, Zak sintió más plenitud.
La situación era jodida y no le quedaban más que unos minutos de vida, pero incluso en un mundo tan horrible, alguien lo amó. Y él le amó de vuelta.
Soltó una risita contra los labios del castaño y devolvió el beso con más fuerza antes de separarse. Se sentía en las nubes, tan feliz. Nadie le iba a quitar ese sentimiento. ¡Nadie en todo Panem podría olvidar jamás que Zak Ahmed amó a Darryl Noveschosch!
Con una sonrisa que era el reflejo de la suya, su contrario parecía pensar lo mismo.
Ambos volvieron a los cuchillos, tan cerca que sus brazos se rozaban cada tanto mientras se arremangaban el traje de tributo de ese año y dejaban sus brazos al descubierto. Se dedicaron una última mirada. Y, sin necesitar decirse algo o dar una cuenta regresiva, comenzaron a masacrar sus brazos, en búsqueda de aquella vena que los haría desangrarse rápidamente hasta morir.
La adrenalina hizo a Zak seguir hasta que la sangre no le permitía ver bien la piel, por lo que cambió el cuchillo de mano, sorprendido de aún tener movilidad, y continuó con el otro brazo. Por el rabillo del ojo, vio a Darryl seguirlo.
El cuchillo se le resbaló de los dedos un rato después. Tenía el cuerpo entumecido y estaba mareado. Cayó al suelo, el dolor presente ahora que por fin estaba muriendo. Alguien cayó a su lado. Zak giró la cabeza al mismo tiempo que Darryl lo hizo.
—Te amo —dijo en voz baja. El castaño no pudo formular las palabras, pero sus labios las delinearon.
Zak sonrió. A lo lejos escuchó el zumbido sordo de un aerodeslizador acercándose y la voz de alguien resonando por allí, pero no lo registró.
Entonces cerró los ojos y le dio la bienvenida a la muerte.
Notas:
Aquí es cuando todos decidimos qué sucedió después. ¿Ambos sobreviven? ¿Sólo uno muere? ¿Ambos mueren? ¿Los dos se convierten en la cara de la rebelión? ¿No cambia nada? Hombre, yo tengo mis ideas, lo que no tengo es tiempo/ganas para escribir este AU.
Ya hasta el final noté que no mencioné los distritos a los que pertenecen. Lo dejé así porque pensé en que cada quien podría ponerle los que quisiese, pero pienso tentativamente en el 7 (madera) para Skeppy y el 9 (hortalizas) para Bad. Creo que pueden más o menos ver las conexiones. ¡A saber! ¡Hasta otra!
The4Demons
![](https://img.wattpad.com/cover/367546008-288-k869655.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Recuerdos selectos [Skephalo] [Kisspril]
FanfictionLas memorias de los besos que se dieron, en momentos específicos, en universos múltiples. × Skephalo. × Drabbles pertenecientes al Kisspril organizado por EsDeFanfics. × El fanart de la portada pertenece a @Frapp478247 en Twitter.