Mephiles se encontraba en su cuarto, reclinado en una silla de cuero, sosteniendo un vaso de licor en una mano. La luz tenue de una lámpara sobre su escritorio proyectaba sombras danzantes en las paredes, creando un ambiente casi fantasmal. El sabor del alcohol quemaba su garganta, pero lo prefería así, como si ese ardor pudiera apagar el fuego de frustración que sentía por dentro. Había descubierto recientemente que Silver, el omega al que había estado observando desde hacía tanto tiempo, jamás aceptaría sus sentimientos. Era un golpe que lo había dejado devastado, pero Mephiles no era de los que mostraban debilidad. La única forma en que sabía manejar el rechazo era a través del licor y la soledad.
El silencio de la habitación fue interrumpido por un leve golpe en la puerta. Antes de que pudiera responder, uno de sus sirvientes asomó la cabeza, luciendo nervioso.
- Señor Mephiles, sus padres lo llaman abajo. Quieren verlo en la sala principal-dijo el sirviente con voz temblorosa.
Mephiles frunció el ceño, claramente irritado por la interrupción. No tenía ganas de ver a nadie, y mucho menos a sus padres. De mala gana, se levantó de la silla, dejó el vaso medio vacío sobre el escritorio, y salió del cuarto sin decir una palabra.
El camino hacia la sala principal parecía más largo de lo habitual, cada paso resonando en los pasillos como un eco molesto. Finalmente, llegó a la entrada de la sala, donde sus padres, figuras imponentes y de alto poder, lo esperaban. Ambos eran altos, de porte elegante, y la riqueza que los rodeaba se reflejaba en cada detalle de la habitación, desde los lujosos muebles hasta las obras de arte que adornaban las paredes. Mephiles siempre había sentido la presión de estar a la altura de las expectativas de sus padres, pero en ese momento, el ambiente le resultaba más sofocante de lo normal.
- Mephiles - Comenzó su padre con voz autoritaria - ¿Por qué tu hermano Shadow ha pedido unas semanas de vacaciones en la empresa? Sabes que él será el siguiente en heredar, y no es momento para distracciones.
Mephiles frunció el ceño, claramente desconcertado por la pregunta.
- No sabía nada de eso - respondió con tono seco-. Shadow no me ha dicho nada.
Su madre, quien hasta entonces había permanecido en silencio, le lanzó una mirada penetrante antes de hablar.
- No nos mientas, Mephiles. Sabemos que tienes una relación cercana con tu hermano. Queremos la verdad-dijo con frialdad.
Mephiles sintió un nudo formarse en su estómago. Claro, tenía una relación cercana con Shadow, pero últimamente su hermano había estado más distante. Antes de que pudiera responder, su padre sacó un sobre del bolsillo de su traje y lo arrojó sobre la mesa frente a ellos.
- Entonces explícame esto - dijo, señalando las fotos que se deslizaban desde el sobre - ¿Quién es ese omega con quien Shadow está pasando su tiempo?
Mephiles tomó una de las fotos y sintió su corazón latir con fuerza. En la imagen, Shadow estaba sentado en una cafetería, con una sonrisa que rara vez mostraba, mientras un omega de púas azules se inclinaba hacia él, claramente acaramelados. No había duda, ese omega era Sonic.