Sonic estaba solo en la cocina, cortando zanahorias y pimientos para ayudar a su madre con el almuerzo. Antes de salir al mercado, Manic le había dicho que Scourge bajaría pronto para echarle una mano, mientras él, Shadow y Alenna iban al supermercado. Alenna quería aprovechar para conocer mejor a Shadow, y también pidió que ambos la acompañaran para ayudar a cargar las bolsas.
Mientras cortaba los vegetales, Sonic no podía evitar distraerse al recordar la noche anterior. Aún sentía un leve dolor en las caderas, recordando la intensa noche que había compartido con Shadow en el hotel. Intentaba concentrarse, pero no podía evitar que sus pensamientos se desvíen hacia ciertos detalles.
— "Definitivamente fue un animal salvaje..." — pensó, con una sonrisa tímida y un ligero sonrojo en el rostro. Pero sus pensamientos fueron interrumpidos cuando escuchó a alguien entrar en la cocina. Al girarse, vio a Scourge, quien se dirigió directamente a la cafetera y comenzó a servirse una taza de café, agregando un chorrito de licor.
—Buenos días —dijo Sonic, esbozando una sonrisa leve.
Scourge le echó una mirada de mala gana antes de responder.
— ¿Buenos? —bufó — Si tú lo dices.
Sonic pudo observar como sacaba un fajo de billetes de su chaqueta y los contaba despreocupadamente, lo cual despertó su curiosidad. Sin embargo, trató de no darle importancia y continuó cortando, aunque el leve dolor en sus caderas no le permitía concentrarse en todo.
— ¿Cómo dormiste? —preguntó Sonic, intentando romper el hielo.
Scourge levantó la mirada, sarcástico.
— De la mierda, pero no me quejo —respondió mientras jugaba con los billetes — Al menos Manic dejó algo de dinero esta vez.
Sonic arqueó una ceja, sintiendo curiosidad por el tono del verdoso. Al final, optó por no preguntar, pero Scourge no pudo resistirse y soltó una risa burlona.
—Por cierto azulito, veo que tuviste una noche divertida con el emo parlante, ¿eh?
Sonic se quedó helado, el rostro ruborizándose al instante.
—¡¿Qué?! ¿Cómo lo sabes? —preguntó, tratando de mantener la compostura.
Scourge se cruzó de brazos, su sonrisa ladina en el rostro.
—Por las marcas en tus hombros y cuello, genio. Ya sé que las cubriste con maquillaje, pero tus feromonas también huelen diferentes —respondió con una sonrisa traviesa — Créeme, Sonic, no es difícil de notar.
Sonic abrió la boca, horrorizado y avergonzado al darse cuenta de que el verdoso había notado todo.
—¡No le digas nada a mi madre! Si se entera, Shadow estará en problemas… o peor, ¡ella podría matarlo! —dijo, con tono de súplica.