El viento nocturno acariciaba suavemente el rostro de Izzy mientras se bajaba del auto frente a la mansión iluminada que se erguía imponente al final de la calle. Era una casa antigua, con detalles arquitectónicos que hablaban de una época pasada de lujo y decadencia. Sin embargo, para ella, este no era más que otro recordatorio de lo ajena que se sentía en esta nueva ciudad. Había llegado hace apenas un par de meses, y aunque intentaba adaptarse, todo parecía tan diferente, tan distante de lo que había conocido.
Izzy se alisó el vestido negro que había elegido para la ocasión, un atuendo elegante pero discreto, que destacaba su figura esbelta y su piel clara. El cabello castaño oscuro caía en suaves ondas sobre sus hombros, y sus ojos verdes brillaban bajo las luces que adornaban el exterior de la casa. Esta noche, se había convencido a sí misma de que podía relajarse, disfrutar de la fiesta, y tal vez olvidar los problemas que habían plagado su vida desde su llegada.
Pero, en el fondo, sabía que no sería tan fácil. Logan, su novio, la esperaba adentro, y aunque las cosas entre ellos habían empezado bien, últimamente todo se sentía... diferente. Más tenso, más forzado. La relación que alguna vez le había dado una sensación de seguridad ahora era una fuente constante de ansiedad.
Cuando entró en la mansión, la música la envolvió de inmediato. Las risas, las conversaciones animadas y el sonido de copas chocando se mezclaban en un murmullo que parecía flotar en el aire. Izzy saludó a algunas caras conocidas, pero sus ojos buscaban a una sola persona: Logan. Habían llegado juntos, pero él se había adelantado mientras ella se estacionaba. Algo típico de él, pensó, mientras se movía a través de la multitud.
Finalmente, lo vio cerca de la barra, rodeado de amigos y, para su disgusto, de una mujer rubia que reía con demasiada facilidad ante algo que él le decía. Izzy sintió una punzada en el pecho, una mezcla de celos e inseguridad que no pudo ignorar. Respiró hondo, diciéndose que no debía ser irracional. Logan había sido claro: no había nada de qué preocuparse.
Sin embargo, no pudo evitar notar cómo la mano de la rubia se posaba en el brazo de Logan, un gesto aparentemente casual, pero que para Izzy significaba mucho más. Decidida a no quedarse al margen, avanzó hacia ellos.
—Logan —dijo con una sonrisa, intentando mantener su voz calmada—. Pensé que te encontraría aquí.
Logan giró la cabeza hacia ella, sus ojos azules brillando con una intensidad que en algún momento la había cautivado, pero que ahora parecía más fría que cálida.
—Izzy, cariño —respondió él, esbozando una sonrisa que no llegó a sus ojos—. Estaba aquí charlando con Emma. Ven, te la presento.
Emma. Así que tenía nombre. Izzy sonrió educadamente a la mujer, pero en su interior, la incomodidad crecía. Emma no parecía del tipo que simplemente charlaba. Había algo en la forma en que miraba a Logan que la hacía sentir aún más intranquila.
—Encantada, Emma —dijo Izzy, su tono cortés, pero con una leve tensión.
Emma sonrió con labios rojos perfectos, un gesto tan calculado como su atuendo. Pero antes de que pudiera responder, Logan intervino.
—Emma es una vieja amiga. Nos conocimos hace años, ¿verdad? —Logan lanzó una mirada cómplice a Emma, quien asintió con un destello de complicidad en sus ojos.
Izzy asintió, pero algo en su interior comenzó a encenderse, una chispa de enojo que había tratado de sofocar durante semanas. Estaba cansada de estas "viejas amigas" que siempre parecían aparecer, de la forma en que Logan siempre tenía una excusa para su comportamiento. La sonrisa en su rostro se desvaneció un poco, y su voz salió más firme de lo que había planeado.
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Entre Sombras y Deseos
RomanceEn la vibrante y opulenta ciudad de Nueva York, Izzy Parker busca reconstruir su vida tras una dolorosa traición. Harta de las promesas rotas de su exnovio, Logan, Izzy acepta un trabajo como mesera en el exclusivo restaurante "La Rosa Negra". Es un...