Matthew entró en la bodega con la misma calma calculada que siempre lo caracterizaba. Su mirada era afilada, evaluando cada rincón de la habitación mientras se enfocaba en Izzy, atada a la silla. Daniel lo esperaba con una sonrisa cínica, claramente disfrutando de la ventaja que creía tener.
—Vaya, Matthew. Justo a tiempo —dijo Daniel, con una sonrisa que no alcanzaba a sus ojos—. Sabía que vendrías, pero no tan rápido. Debo admitir que me has impresionado.
Matthew ignoró el comentario, su mirada fija en Izzy. No mostró ninguna emoción, pero por dentro, su furia era como un volcán a punto de estallar.
—Déjala ir, Daniel. Sabes que esto no va a terminar bien para ti —dijo Matthew, su voz fría y controlada, como una advertencia silenciosa.
Daniel soltó una carcajada amarga. —¿De verdad crees que estoy aquí para negociar? —preguntó, mientras se acercaba a Izzy y le acariciaba el cabello de manera amenazante—. Te subestimé, Matthew. Nunca pensé que alguien como tú tendría un punto débil. Y mira, aquí estamos.
Antes de que Matthew pudiera reaccionar, Daniel levantó el puño y golpeó a Izzy en la cara. El sonido del golpe resonó en la bodega, y Matthew sintió como si el mundo se detuviera por un segundo. Izzy soltó un gemido de dolor, mientras su cabeza se inclinaba hacia un lado.
La furia que Matthew había mantenido contenida explotó en su interior, pero su rostro permaneció implacable, su frialdad ahora más intensa que nunca.
—¿Eso es lo mejor que puedes hacer, Daniel? —dijo Matthew, su tono letalmente tranquilo—. Si crees que esto va a hacerme retroceder, es porque no entiendes lo que soy capaz de hacer.
Daniel, sorprendido por la falta de reacción emocional de Matthew, volvió a golpear a Izzy, esta vez con más fuerza, como si intentara provocar una respuesta.
—¡Mírala, Matthew! —gritó Daniel, desesperado por romper su calma—. ¡Mira cómo sufres por tu debilidad! No puedes protegerla. Eres tan vulnerable como cualquiera.
Pero en lugar de perder el control, Matthew dio un paso adelante, su presencia llenando la sala como una sombra amenazante.
—Te doy una última oportunidad, Daniel —dijo Matthew, su voz tan fría que podría cortar el aire—. Suéltala. Ahora.
Daniel vaciló, su mano temblando ligeramente mientras sostenía el brazo de Izzy. La calma imperturbable de Matthew estaba empezando a afectarlo.
—¿Qué vas a hacer, Matthew? —desafió Daniel, aunque su tono había perdido la seguridad de antes—. ¿Matarme aquí mismo?
Matthew inclinó la cabeza, un destello peligroso en sus ojos. —Lo haré si es necesario. Pero te aseguro que si sigues tocándola, desearás que te hubiera matado rápido.
Daniel, todavía aferrado a la desesperación de romper la imperturbable calma de Matthew, decidió llevar la situación al límite. Ignorando la amenaza que colgaba en el aire, alzó la mano y tomó a Izzy del mentón, obligándola a mirarlo. Su sonrisa era cruel mientras observaba a Matthew, desafiándolo abiertamente.
—¿Quieres ver hasta dónde puedo llegar? —murmuró Daniel, su voz baja y llena de veneno.
Antes de que Matthew pudiera moverse, Daniel golpeó a Izzy en la cara una vez más, con tanta fuerza que el sonido resonó en la bodega. Izzy dejó escapar un grito ahogado, mientras su cabeza se inclinaba hacia un lado, aturdida por el impacto.
Matthew dio un paso adelante, la furia que burbujeaba en su interior alcanzando un punto de ruptura. Pero Daniel no había terminado. Se giró hacia sus hombres, quienes observaban la escena en silencio, y les hizo una señal con la cabeza.
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Entre Sombras y Deseos
RomanceEn la vibrante y opulenta ciudad de Nueva York, Izzy Parker busca reconstruir su vida tras una dolorosa traición. Harta de las promesas rotas de su exnovio, Logan, Izzy acepta un trabajo como mesera en el exclusivo restaurante "La Rosa Negra". Es un...