Capítulo 3: Encuentros Inesperados

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Pasaron algunos días desde el doloroso desenlace con Logan, y aunque Izzy aún sentía el peso de la traición, sabía que no podía permitirse quedarse estancada. Necesitaba un cambio, un nuevo comienzo que la ayudara a reconstruir su vida. Con esa determinación en mente, decidió aceptar un trabajo en un restaurante lujoso de la ciudad, un lugar exclusivo donde la gente adinerada iba a cenar y hacer negocios.

El restaurante, conocido como "La Rosa Negra", era un espacio elegante y sofisticado, con paredes de terciopelo oscuro, candelabros de cristal y un ambiente que exudaba lujo en cada detalle. Izzy había sido contratada como mesera, un puesto que le permitiría mantenerse ocupada y, al mismo tiempo, mantenerse alejada de los recuerdos dolorosos que aún la perseguían.

Las primeras semanas fueron difíciles. Adaptarse a la rutina del restaurante, aprender los protocolos estrictos y tratar con clientes exigentes requería toda su energía y concentración. Pero, en cierto modo, eso era lo que necesitaba: una distracción que le impidiera pensar en Logan, en las promesas rotas, y en lo que había perdido.

Una noche, cuando ya se preparaba para terminar su turno, su jefe, Andrés, un hombre de mediana edad con una expresión siempre seria, la llamó a su oficina.

Izzy, necesito que te quedes esta noche —dijo sin rodeos, mirando un documento en su escritorio antes de levantar la vista hacia ella—. Un cliente ha reservado todo el restaurante para una reunión privada, y quiero que estés en el equipo de meseros que lo atenderá.

Izzy parpadeó, sorprendida por la noticia. No era común que alguien reservara todo el restaurante, y menos aún de manera tan repentina. Sin embargo, no podía negarse; el trabajo era una prioridad para ella en ese momento.

—Claro, jefe. ¿Qué tipo de evento es? —preguntó, queriendo estar preparada para lo que fuera necesario.

Andrés suspiró y se pasó una mano por el cabello, como si estuviera recordando algo importante.

—No lo sé con certeza. Solo sé que es una reunión muy importante. El cliente es alguien con muchos recursos y quiere total privacidad. No habrá otros empleados en el restaurante aparte de los meseros y la seguridad en la entrada. Quiero que todo sea perfecto esta noche, ¿entendido?

Izzy asintió con seriedad. Sabía que no era momento para errores, especialmente con un cliente tan exigente.

—Entendido, jefe. Haré lo mejor posible.

—Bien. Ve a cambiarte y prepárate. La reunión comenzará en una hora.

Con el corazón latiendo un poco más rápido de lo normal, Izzy se dirigió a los vestuarios para cambiarse de uniforme. Se puso el traje negro impecable que se les exigía a los meseros, ajustando cuidadosamente la chaqueta y el delantal. Aunque la situación era inesperada, se sintió ligeramente emocionada por la oportunidad. Era una chance de demostrar su valía en el trabajo, algo que necesitaba para reafirmarse.

A medida que la hora avanzaba, el restaurante fue preparado para la reunión privada. Las mesas fueron dispuestas con meticulosa precisión, las luces ajustadas a un nivel suave e íntimo, y la cocina comenzó a moverse con la sincronización perfecta que solo un restaurante de alta gama podía ofrecer. Todo tenía que estar impecable.

Izzy y los otros meseros estaban listos en sus posiciones cuando las puertas del restaurante se abrieron, y un grupo de hombres vestidos de manera impecable entró. Aunque mantenían la compostura, se podía percibir una cierta tensión en el aire, como si la reunión que se iba a llevar a cabo estuviera cargada de importancia.

Entre Sombras y DeseosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora