001. El plan de Keira Crouch

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Era una tarde agradable afuera con el sol lanzando una anaranjada luz sobre las copas de los árboles que también se mecían suavemente con la brisa

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Era una tarde agradable afuera con el sol lanzando una anaranjada luz sobre las copas de los árboles que también se mecían suavemente con la brisa. En aquel campo abierto reinaba una falsa sensación de tranquilidad y sosiego dado a qué solo era un lugar apacible en apariencia pues en realidad estaban en medio de una guerra y la única cabaña situada en aquel bonito lugar se encontraba destruida por dentro con los muebles y enceres rotos y desperdigados por todos lados, libros y hojas regados junto a trozos de vidrio y porcelana que nadie se habia molestado en reparar, limpiar o recoger.

Dentro de aquella destrozada vivienda, una mujer alta de porte elegante pero que lucía tremendamente angustiada, caminaba de un lado a otro meciendo su vaporosa túnica azul oscuro y agitando su largo cabello rubio a medida que seguía yendo para acá y para allá siendo observada por aquella otra mujer de rostro duro de expresión altanera y una gran mata de cabello oscuro rizado que solo caía sin atisbo de haber intentado peinarlo

—Bellatrix…no me pueden hacer esto ¡no tuve la culpa de que se la llevaran! ¡Hice todo lo que pude pero solo llegaron de repente! ¡Sabes que es por mí que ella nació así que no es justo que ahora piensen darme la espalda!—exclamó la mujer rubia con los ojos desorbitados del miedo pero tratando de mostrarse segura—. No crean que no sé que me están dejando a mi suerte desde el día que se llevaron a la niña, he sido más leal y útil al Señor Tenebroso que ningún otro ¡Y así es como me paga!

—¡No te atrevas a decir que has sido la más útil y leal si todo esto es por una simple leyenda que ni siquiera estás segura de que seas cierta!—exclamó la otra mujer apuntándola con la varita con un gesto amenazador —. Y, pues, es cierto que estamos esperando que solo seas atrapada por algún auror tarde o temprano, Keira, porque no vale la pena ni siquiera molestarse en deshacerse de una alimaña como tú.

—¡No les conviene porque sabes que tengo información importante y podría hundirlos a todos conmigo si pretenden dejarme a mi suerte!

—¡Solo estás asustada como una rata porque no cuentas más con la protección del Señor Tenebroso! ¡Y bien que lo mereces porque no le tienes lealtad verdadera! ¡Solo buscas que te protejan para no ir a Azkaban!

—¡Solo necesito una última oportunidad, soy la única que puede saber cómo recuperar a Anneliesse! ¡También puedo quitar a ese Dearborn y a mí hermano del camino!—respondió Keira respirando con fuerza—. Mi esposo todavía tiene contactos con el Ministerio y, sobre todo, la Oficina de Aurores así que puedo encargarme yo misma de esos dos malditos y recuperar a la niña.

—Si de verdad fueras capaz ya lo habrías hecho pero no lo haces porque eres una cobarde—acusó Bellatrix mientras apuntaba la varita directo al cuello de la rubia—. Debería solo deshacerme de ti ahora mismo pues al fin y al cabo ya no eres de utilidad.

—Estoy embarazada—musitó la rubia con una expresión similar al odio—. Diría que deberías entenderlo porque también acabas de ser madre pero probablemente ni siquiera te importa.

Paige y la Cámara de los Secretos | Harry Potter |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora