Paige y la Cámara de los Secretos | Harry Potter |

030. Se abre la investigación.

Para Paige tampoco había resultado en vano aquella reunión con Malfoy,  de hecho,  fue un buen comienzo para que ella comenzara a aprovechar la soledad de la sala común para investigar un poco acerca de lo que estaba ocurriendo y si de alguna forma ella tenía conexión con todo eso.  Pero todavía había algo que la retenía,  y era que sentía como si,  en su baúl,  el diario de Tom echara humo.  No comprendía cómo aquel simple manojo de hojas viejas y amarillentas la estaba absorbiendo de alguna forma y la hacía entrar en una especie de ansiedad por escribir en él.

Algo que comenzaba a resultarle escabroso y perturbador.

Había hecho un gran esfuerzo para no escribir en él aunque todavía soñaba con las últimas palabras que en él habian aparecido «Sé algunas cosas,  Paige,  quizás más que ninguno en Hogwarts y te lo puedo mostrar». No sabía qué querría decir con mostrárselo pero tampoco estaba segura de querer averiguarlo porque eso suponía abstraerse a él y de momento quería estar fresca para abrir su investigación.

Tratando de distraerse un poco,  Paige se atrevió a abrir la última carta que Mortimer le había enviado por navidad

Querida Paige:

No sabes cuánto me alegro de que me hayas escrito porque he estado muy angustiado desde aquella vez que me preguntaste sobre lo que te oculto.  Juro que te lo explicaré todo en cuanto regreses del colegio y sí,  sé las cosas que están pasando y espero que tengas mucho cuidado porque no quisiera que te pusieras en peligro otra vez.  Hay muchas cosas que tienes que saber pero,  para ser sincero,  no estoy listo para contártelo todo.  Ya te imaginarás qué tan grande puede ser como para no poder decirlo ahora.

Iré armandome de valor para poder revelarte todo porque sé que a estas alturas ya estarás tratando de descubrirlo por ti misma,  pero no quiero que te topes con algo que puede ser falso ni que no sepas sobrellevarlo. Como ves,  te quiero lo suficiente para mantenerte ajena a ese pasado que cambiará todo por completo,  pero sé que mereces saber la verdad y te aseguro que no estarás sola porque a pesar de todo eres una Dearborn,  y la familia no te abandona.

Con cariño,
Mortimer Dearborn.

Paige sintió que los ojos se le humedecieron pero no se permitió dejar escapar las lágrimas y dobló la carta sintiendo una gratificante tranquilidad de que al menos su hermano estaba dispuesto a revelarle todo cuando volviera a casa. Sonrió mientras se levantaba de la cama y se vestía para salir a la sala.  Estaba vacía como de costumbre en aquellos días pero esperaba que un rato tratando de buscar al Calamar Gigante en el ventanal que daba a las profundidades del Lago Negro la relajara un poco.

Tal y como había acordado,  Paige aprovechó los últimos días de vacaciones para tratar de averiguar un poco más sobre Salazar Slytherin y sobre si era posible que ella tuviera alguna conexión con él.  Esperaba hallar algún indicio como una familia que hubiese sido descendiente de aquel mago o alguna historia que le permitiera atar cabos sueltos pero no encontró mucho más allá de lo que se sabía con un poco de indagación.

Lo único que seguía uniéndola con aquel hombre legendario era su capacidad de hablar y entender pársel así como el que fuera una Slytherin ¿eso bastaba?  Para ella no.  Y no es como si existiese una lista que se pudiese tener a la mano de familias que fueran descendientes de Salazar Slytherin.

Resignándose un poco a que no encontraría nada por ese camino,  recordó las palabras de Malfoy la noche en que los reunió creyendo que Harry y Ron eran los auténticos Crabbe y Goyle.

—Y mi padre tampoco quiere contarme nada sobre la última vez que se abrió la Cámara de los Secretos. Aunque sucedió hace cincuenta años, y por tanto antes de su época, él lo sabe todo sobre aquello, pero dice que la cosa se mantuvo en secreto y asegura que resultaría sospechoso si yo supiera demasiado. Pero sé algo: la última vez que se abrió la Cámara de los Secretos, murió un sangre sucia.