ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ XI

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Suguru ya no se encontraba en peligro después de que Satoru negará con su cabeza a aquellas sugerencias, lo habían dejado ser en aquella residencia. Ya más tranquilo de todo aquello, los cuatro se encontraban dentro de la cómoda habitación, charlando entre ellos tan ameno que olvidaron por completo el reciente problemilla.

── ¿Cuál es su nombre? Es muy lindo. ── Suguru veía con mucha curiosidad a la pequeña bolita que Satoru cargaba entre sus brazos

Ya estando más tranquilo tanto él cómo su Omega interno, decidió empezar a ser más sincero con Geto ── Megumi.

── Es muy lindo su nombre... ¿es niña?

Aquella pregunta hizo reír a carcajadas a la atrevida de Shoko, mientras que a Yuta tan solo lo hizo sonreír con ternura. Aveces el Alfa era tan inocente ──y tonto── sin darse cuenta de ello.

── No, es niño. Si lo dices por su nombre, tengo mis razones. ── Satoru se había tomado cómo un insulto aquella pregunta, nadie en su sano juicio juzgaria así a su tesoro

── Lo siento Megumi. ── Geto tomando más en serio al pequeño bebé, se disculpó inmediatamente de él, juntando sus manos en señal de perdón frente a la bolita

Los demás presentes en la sala se sorprendieron mucho de tal acción, nunca se vinieron venir ese movimiento en aquel Alfa, por dos razones: no conocía de nada a Megumi y ya lo respetaba, lo segundo era, que ¡es un jodido Alfa! Los Alfas nunca se disculpan o hacen ese tipo de acciones por su enorme orgullo.

¿Qué demonios trataba de conseguir Geto?

Satoru mudo ante la situación, no apartaba su mirada de sobre su compañero de equipo, en ningún momento espero una muestra de respeto cómo esa, comúnmente los veían mal a él y a su hijo. Todo el mundo lo tachaban de lo peor. Sus ojos brillaron ante la íntima muestra, parecía hermoso cielo despejado pero todo gracias a Suguru, él con su extraña muestra de acercamiento.

── Dice qué te disculpa. ── balbuceo el Omega suavemente, con su mirada desviada a otro punto fijo, pero con un notorio rubor. Se había avergonzado de seguir le el juego

El pequeño cachorro reía sin comprender en absoluto la escena frente a sus ojos, solo disfrutaba de la compañía ajena. Megumi agitaba sus manos entre los brazos de su madre buscando una manera de librarse de ellos, él quería la atención de alguien más.

── ¿Qué sucede? Gumi. ── Yuta fue el primero en darse cuenta de ese pequeño detalle, mirando con curiosidad la dirección en la qué su sobrino señalaba. No puede ser
── T-Toru, Gu-Gumi parece que quiere nuevo tacto.

── ¿Hmmp? ── no comprendió hasta unos minutos después, quedando muy impactado y resignado a lo que haría después

Ieiri por debajo sacó su teléfono para filmar toda aquella escena que empezó a suceder frente a sus ojos, bendecidos en esa ocasión. Satoru con recelo extendía a su tesoro con los brazos abiertos al idiota de su compañero.

── Gu-Gumi quiere asegurarse de estar completamente seguro. ── Satoru tras dejar en brazos contrarios a su cachorro, no permitió que aquella violeta mirada chocará contra sus ojos, se sentía muy avergonzado y más con esa pésima mentira

── Es muy lindo, eres muy lindo, Megumi.

Las traviesas y curiosas manitas del infante exploraban y tocaban por todo el rostro del Alfa, desde su mentón hasta sus cejas, se veía tan entretenido en lo que hacía, hasta que su atención fue robada completamente por ese curioso y gracioso mechón de cabello. Megumi sin más, jaló de esté, empezando a juguetear con el.

ᶻᵉⁱᵗ ⸙ ғᴀʟʟᴇɴ  「sᴜɢᴜsᴀᴛᴏ」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora