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Sara fue la primera en despertar al amanecer, notando la ausencia de Dylan a su lado. Se estiró y se levantó con cautela, tratando de no hacer ruido para no despertar a los demás. Con un leve estirón, se encaminó hacia la cocina, donde se encontró con el bullicio de la mañana.

Cuando llegó, la cocina estaba llena de gente. Casi todos estaban allí, pero no podía ver a Dylan ni a Fresco.
El ambiente era animado, y los murmullos de la conversación matutina llenaban el aire.

- Y ahí está Saramalacaraaaaa- le dijo MuereJoven casi gritando, levantado los brazos y con una sonrisa amplia, mientras preparaba café.

Sara sonrió de vuelta, sintiendo un leve sonrojo en sus mejillas- Buenos días, chicos.

Poco después, Helena y Taichu se acercaron, ambos con una mirada curiosa.

- Qué tal la noche?- preguntó Helena con un tono travieso.

Sara levantó una ceja, sintiendo el calor en sus mejillas- Bien, creo. Por qué lo preguntás?

Taichu, con una sonrisa de oreja a oreja, se rió- Bueno, escuchamos algunos ruidos durante la noche. No sabíamos si era una tormenta o algo más.

Sara se sonrojó aún más, sintiendo cómo el calor se extendía por su rostro y escuchando la risa exagerada de MuereJoven desde la cocina- Ah, sí... bueno, había algo de ruido, pero nada importante.

- No te pongas así! - dijo Taichu, riendo. - Todos lo notamos, no es para que te pongas colorada.

Sara intentó mantener la calma mientras preparaba un café para ella- Y dónde están Fresco y Dylan?

- Salieron temprano para comprar algo de comida - respondió Taichu, quien se había acercado con una bolsa de pan. - Dijeron que querían traer algunas cosas para el almuerzo.

Sara se sentó en la mesa, intentando relajarse mientras los demás continuaban charlando sobre los planes del día. Sin embargo, los comentarios y miradas no pasaban desapercibidos para ella.

-Estás bien, Sara? - preguntó Helena, notando que parecía distraída.

- Sí, todo bien - respondió, tratando de sonar convincente. - Solo... un poco cansada.

MuereJoven le dio una palmadita en la espalda. - No te preocupes, todos escuchamos los ruidos de a noche y entendemos perfectamente.

Sara sintió como se ponía roja y vió como Helena empezó a corre a MuereJoven.
Sara intentó cambiar de tema para desviar la conversación.

- Alguien ya vio las nuevas series que están saliendo?- preguntó, buscando distraerse.

La conversación se desvió hacia el entretenimiento, y Sara se permitió un pequeño respiro. Sin embargo, su mente seguía volviendo a la noche anterior y a lo que había compartido con Dylan. Mientras tanto, la cocina se llenó con la promesa de un nuevo día y el eco de la risa y la camaradería.

De repente, la puerta principal se abrió y Fresco y Dylan entraron cargados con bolsas de supermercado. La llegada de los chicos trajo un aire de alivio a Sara, que estaba esperando ver cómo se desenvolvía el día después de la noche tan intensa.

- Por fin llegaron! - exclamó K4, acercándose a ayudar con las bolsas. - Ya estábamos por morir de hambre!

Dylan sonrió y dejó las bolsas sobre la mesa. - Hola! Trajimos un montón de cosas para el almuerzo.

Fresco asintió, y al ver a Sara en la cocina, le dedicó una sonrisa amigable. - Buenos días, Sara. Cómo amaneciste?

Sara le devolvió la sonrisa, sintiendo un alivio palpable al ver a Dylan de vuelta- Buenos días. Todo bien, solo un poco cansada.

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