Charles Leclerc y Carlos Sainz, dos compañeros que se desempeñan espectacular en las pistas de la F1, pero no hacen ni el mínimo esfuerzo en conocerse fuera de ella.
La vida de ambos da un giro completo cuando Sainz encuentra a su compañero cantando...
Charles se apresuró a pausar la cancion de su teléfono dejando aquella habitación sin un solo ruido, más que un sonido bajo de la canción que provenía de los audífonos de Carlos.
Estaba rojo, quería que la tierra se lo comiera, pero sabía que sobre exaltarse empeoraría la situación. Cambió su expresión a una más seria, relajó su cuerpo y aclaró su garganta para hacer la voz mas grave y varonil que saliera de su interior, intentando distraer a su compañero de la situación.
- ... ¿Qué onda? -
Carlos lo observó por unos segundos y volteó su rostro hacia otro lado con una de sus manos cubriendo su boca.
Charles estaba nervioso, ¿Qué pensara ahora de él? Sabía que no le había causado una buena impresión, ¿Qué imagen tendrá de él ahora?
Salió de su burbuja de ideas cuando pudo escuchar a Carlos intentando no soltar una carcajada, cosa que no le estaba saliendo. Y eso indignó a Charles.
- ¡Oye! ¿De qué te estás riendo? - Charles no puede evitar tener una voz bastante chillona, y al estar tan exaltado, esto se hace notar más.
Y con eso, la risa de Carlos terminó explotando en todo el garaje.
Charles jamás creyó ver a su compañero reírse tan fuerte, en realidad jamás lo imaginó riendo. Carlos era una persona muy seria y seca, verlo reír es de esas cosas que uno jamás creyó que pasaría, y realmente no se sentía feliz al saber que se está riendo de él y no de algo que dijo.
- ¿Qué se supone que estabas haciendo? - Carlos intentaba calmar su risa, cosa que a decir verdad no estaba funcionando. - ¿Qué cantabas? ¿Taylor Swift? -
El tono sarcástico era obvio en la pregunta de Sainz, pero el silencio tan serio y avergonzado que recibió como respuesta hicieron que su risa desapareciera.
Porque, aunque Taylor Swift siempre ha sido una artista muy popular, a Charles le daba mucho miedo y vergüenza admitir este gusto.
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Charles Leclerc siempre ha sido el piloto estrella de Ferrari, el piloto ejemplo para los mas jovenes y toda una sensación entre las mujeres... y algunos hombres. Siempre tenia una apariencia tan masculina, relajada, divertida, sin ningún problema en su vida.
A pesar de su gran fama, victorias y vida de lujo, Charles tenia un pequeño gran secreto que lo acomplejaba.
Disfrutaba de las cosas "femeninas".
A Leclerc no le gustaba encasillar cosas en lo femenino o masculino, pero sabia que la gente que lo adoraba probablemente lo haría. Ante esto, comenzó a crear esa personalidad que tenia en las carreras y entrevistas, pero dentro de ese caparazón solo había un chico con corazón de pollo.
Charlie amaba los libros de romance, los k-dramas y las películas romcom, siempre soñaba despierto con un romance tan lindo como en el que veía en las películas.
Disfrutaba pintar sus uñas de colores y usar rubor y brillo labial para verse mas lindo, a veces probaba usar un poco de delineador en sus ojos pero no sabia como hacerlos realmente.
le fascinaba la idea de ir de compras, combinar su ropa y ver GRWM en Tiktok, los desfiles de moda eran entretenidos varias veces.
La música no se quedaba atrás, amaba a muchas artistas femeninas, pero su amor, admiración y devoción total era para la estrella pop del momento: Taylor Swift.
Sabia y conocía de memoria la letra de cada una de sus canciones, le gustaba comprar los discos siempre que tenia la oportunidad y su mas grande pasatiempo era hacer las famosas "friendship bracelets".
Charlie amaba con todo su ser toda la discografía de Taylor, pero sabia que esto era algo que no podía compartir tan abiertamente, así que decidió guardárselo para el. Solo una persona en la tierra sabia sobre esto.
