✰܀♫ Una chispa encendida ✰܀♫

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En el lejano reino de Eldoria, un lugar donde la magia y la naturaleza convivían en armonía, existía una pequeña ciudad llamada Althea. En Althea, todos conocían a Cedric, un joven apuesto y carismático que parecía estar destinado a grandes cosas. Hijo de una familia noble, Cedric era el centro de atención dondequiera que fuera. Todos los jóvenes deseaban su amistad y muchas chicas suspiraban por él, pero Cedric nunca se había sentido verdaderamente enamorado. Sin embargo, eso cambió el día que conoció a Elara.

Elara era una joven enigmática que había llegado a Althea desde tierras lejanas. Su apariencia era única: tenía el cabello largo y plateado que caía en suaves ondas sobre sus hombros, y sus ojos, de un intenso color violeta, parecían contener secretos que nadie más conocía. Elara no tenía interés en las reuniones sociales ni en las intrigas de la alta sociedad de Althea. Pasaba sus días en la biblioteca de la ciudad o caminando sola por los bosques cercanos.

Cedric la notó por primera vez en un festival de verano. Mientras todos bailaban y reían alrededor de las hogueras, Elara permanecía apartada, observando las estrellas desde una colina cercana. Intrigado por su soledad, Cedric decidió acercarse.

—Buenas noches —dijo Cedric con su habitual sonrisa encantadora—. ¿Por qué estás aquí sola cuando podrías estar disfrutando de la fiesta?

Elara lo miró de reojo y respondió con voz suave pero firme.

—Las estrellas cuentan historias que el ruido del mundo no deja escuchar. Prefiero su compañía.

Cedric, acostumbrado a recibir respuestas más entusiastas, se sorprendió. Sin embargo, en lugar de desanimarse, su interés creció.

—¿Qué historia cuentan hoy? —preguntó, sentándose a su lado.

Elara lo miró por un momento, como si evaluara si valía la pena compartir sus pensamientos con él.

—Cuentan la historia de un reino antiguo, donde la gente vivía en paz con la naturaleza, hasta que la avaricia de un rey rompió ese equilibrio. Las estrellas son los guardianes de esa historia, para que no se repita.

Cedric no pudo evitar sentirse fascinado. A pesar de haber crecido en un entorno donde la superficialidad y la apariencia lo eran todo, algo en Elara lo hacía querer entenderla, conocerla mejor.

Amor y respetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora