<•> El pasado de Elara <•> Parte 2/2

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Devastada por la pérdida de Kael, Elara canalizó su dolor en poder, desatando una magia que ni siquiera sabía que poseía. Con un último esfuerzo, logró contener la oscuridad, sellándola en las profundidades de las montañas. Sin embargo, el precio de este acto heroico fue alto: la batalla había dejado Lysoria en ruinas, y muchos de los Guardianes, incluyendo sus padres, habían caído en la lucha. El pueblo que una vez fue su hogar quedó desolado, y Elara, ahora la única sobreviviente de su linaje, se encontró completamente sola.

Elara intentó seguir adelante, pero el dolor de haber perdido a todos los que amaba, especialmente a Kael, era insoportable. Su corazón, antes lleno de esperanza y amor, se volvió frío, encerrándose en un caparazón de hielo emocional. A partir de ese día, decidió vagar por el mundo, buscando respuestas a la corrupción que había destruido su hogar y un modo de restaurar la paz en su alma.

El amuleto de Kael se convirtió en su único consuelo, un recordatorio constante de lo que había perdido y del sacrificio que hizo. A medida que viajaba, Elara se hizo más poderosa, pero también más distante, incapaz de abrirse a otros por miedo a volver a sentir el dolor de la pérdida.

Así fue como Elara llegó a Althea, con la esperanza de encontrar en su soledad un refugio de la tristeza que la consumía. Pero incluso allí, bajo el manto de las estrellas, los recuerdos de Lysoria y de Kael nunca la abandonaron. Aunque hizo amistades, especialmente con Cedric, nunca pudo deshacerse del hielo que envolvía su corazón.

Elara sabía que su búsqueda no había terminado. Las mismas estrellas que una vez la guiaron en Lysoria seguían observándola desde el cielo, recordándole su deber y el dolor que debía superar. Su partida de Althea no fue solo una despedida de un lugar, sino la continuación de un viaje hacia la redención y la búsqueda de una paz que todavía parecía esquiva.

Quizás, algún día, Elara encontraría la manera de romper el hechizo que congelaba su corazón y, tal vez entonces, las estrellas contarían una nueva historia: una historia de renacimiento, de amor redescubierto, y de un corazón que finalmente aprendió a amar nuevamente.

Quizás, algún día, Elara encontraría la manera de romper el hechizo que congelaba su corazón y, tal vez entonces, las estrellas contarían una nueva historia: una historia de renacimiento, de amor redescubierto, y de un corazón que finalmente apren...

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