Capítulo 6

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Aegon

Tomé de la copa frente a mí acomulando paciencia, tratando de resistir las ganas de estrellarla en la cabeza de mí madre a ver sí al fin se callaba, pero no era el único, podía sentirlo de Aemond quién masejeaba la frente tratando de encontrar paciencia.

Habíamos llegado casí al amanecer, sin éxito por supuesto y de paso heridos, pero no replicaba, de hecho, yo lo merecía. Ambos le habíamos hecho daño a nuestro omega y mucho, aunque claro Aemond lo había pasado mal en su momento cuando le clavé la daga en una pierna al enterarme lo que le había hecho a mí dulce chico. Ahora ambos íbamos muy atrasados para conquistar a nuestro pequeño y todo era su grandisima culpa.

  ⸺ ¿Crees que exista manera de callarla?⸺ Dijo Aemond mirandome con cara de exasperación, en cambió yo solté una risa rasposa negando.

  ⸺ No cuando se trata de su puta, lo sabes.⸺ Respondí dejando la copa en la mesa, antes de ver como mí madre volteaba hacía nosotros señalandonos con la daga en su mano.

⸺ Esto es su culpa, ambos debían estar aquí cuidando de qué mí omega no escapará. Y sólo se fueron, ¿y todo para qué?, para buscar a ese sucio bastardo para cogerselo.⸺ Ante el comentario ambos espesamos el aroma, pero a diferencia de Aemond que sólo la veía con advertencia yo me levanté golpeando la mesa del consejo antes de hablarle.

  ⸺ Que sea última vez que te refieres a nuestro omega así, es tú rey y si no quieres que tú cabeza acabe en una pica. Modera tú puto lenguaje con mí omega.⸺ Respondí volviendome a sentar viendo cómo ella guardaba silencio un momento, sí tenía que golpearla hasta que entendiera cuál era su puesto lo haría, de eso estaba seguro.

  ⸺ Tiene razón, su gracia. No volverá a pasar. Pero debe tener presente que su hermana y esposa de uno de sus más grandes aliados no está, escapó junto a sus hijos. ⸺ La nueva notícia me hizo encogerme de hombros, Aemond en cambió se enderezó mejor en su asiento prestando atención a lo que ella decía.

  ⸺ ¿Está en dragonstone?⸺ Fué lo único que preguntó antes de qué mí madre asintiera, y posteriormente se relajó cruzandose de brazos. Provocando que madre agarrará su hebras exasperada sacando una risa de mís labios.

  ⸺ Su hermana está en territorio desconocido, su dragón escapó luego de que ella se fué, ¿y ustedes sólo están tranquilos?⸺ Dijo ella y yo acaricié mí barbilla tranquilo, después de todo ella estaba con mí omega y eso sería mejor para todos. Así Hela diría cosas buenas de nosotros y él nos podría aprender a querer un poco más. Al parecer Aemond tuvo la misma idea porque ambos nos levantamos caminando para irnos.

  ⸺ ¡Aemond y Aegon Targaryen, vengan aquí en esté instante!⸺ Paré un momento provocando que Aemond me viera confuso, despacio me acerqué a madre quedando frente a frente con ella antes de hablar.

  ⸺ Sí quieres traer a tú omega de vuelta, cierra la boca y dejanos trabajar. Haz algo bien y luego te podrás coger a mí hermana cuanto tú quieras, ¿entendido?⸺ Ella me miró con análisis y yo sólo rodé los ojos saliendo junto a Aemond a mís aposentos.

Entrando a la estancia a ambos nos movimos a buscar lápiz y papel, obteniendo todo nos sentamos buscando que escribir, nos enfocamos en buscar las palabras y lo que en verdad deseábamos rogar con nuestra hermana, así que tocó contar la razón de nuestros males mostrando la verdad de nuestro sentir y el dolor que nos quemaba.

Cuando estuvo lista la mandamos con un sirviente para que está llegará en un cuervo discreto, esperabamos que la clave de nuestras palabras fuera fácil para identificar de quién iba dirigida para Hela. Noté a Aemond jugar con la pluma perdido en la nada, se notaba tan casando que no dudó en sacar su parche y sentarse a mí lado dejando su cabeza en mí pecho, gesto que no negué y acaricié sus hebras, disfrutando de la soledad e intimidad que ambos compartíamos.

Cenizas rojas y verdes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora