Háblame Bajito | Li Shang x Male Oc

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Nuevamente el sol mostraba sus primeros rayos de sol y con ello Toji se levantó de su carpa, sintiendo el agradable frescor de la madrugada.

Una sonrisa apareció de su rostro, contento ante el recuerdo de la conversación con el capitán Shang y los grandiosos resultados que comenzaban a verse con el entrenamiento de Mulán.

Tras un breve chapuzón en el río, volvió a su tienda donde dormía plácidamente Nue, en la espera de su nuevo mandado.

"Hijo, el entrenamiento va de maravilla, finalmente logramos comenzar a ver mejorías en el tío Ping.

Geto y Gojo también están saltando de la alegría, visualizando como se convertiría en una mini versión de nosotros, como un Stitch y nosotros siendo Jumba.

Aún así, por más divertido que fuese pasar tiempo con ellos, no dejo de echarte de menos, por favor cuídate mucho y no crezcas, no quiero perderme tus momentos importantes.

Te amo, no dejes de mandarme cartas, leerlas me alegra mis días.

Te extraña, Papá"

Una sonrisa nostálgica apareció en su rostro mientras dibujaba con un estilo chibi las caras de él y sus tres amigos junto a la despedida, antes de guardar su carta en el pequeño compartimento para enviar cartas que le hizo a Nue.

—Buenos días, dormilón – despertó al ave, acariciando suavemente su plumaje, logrando ver sus ojos amarillos – Es hora de volver con Megumi ¿Sí?

Aseguró el compartimento en su espalda, asegurándose de no incomodar sus alas, antes de darle de comer y soltarla, mirándolo volar en dirección a su pequeño.

Cerró por unos momentos los ojos en cuanto perdió de vista al búho, escapándosele unas cuantas lágrimas ante el deseo de ser él quien fuese en esa dirección, siendo rápidamente secadas, no deseaba ser descubierto llorando.

Lentamente, dirigió sus pasos hacia el campo de entrenamiento. Debía matar un poco de tiempo en la espera de que despertasen el resto de sus compañeros.

Por suerte, tras unos minutos, consiguió despejar su mente de sus deseos por dejarlo todo e ir a casa. Otro suspiro escapó de sus labios, dejando de correr para comenzar a hacer lagartijas.

Estaba tan sumido en no dejar entrar sus pensamientos intrusivos, que no llegó a sentir la nueva presencia en el campo, sino hasta escuchar el carraspeo que soltó para llamar su atención.

—¿Soñaste conmigo? – se apresuró a aparentar normalidad, recostándose sobre el césped, apoyándose sobre sus brazos, dándole una buena vista de su torso desnudo – Porque yo no dejé de pensar en ti en toda la noche.

—Así que ya la enviaste – ignoró su comentario, causando una mirada de extrañeza en el mayor – Alancé a ver a tu búho irse cuando me fui a bañar.

Podía frustrarle su actitud, pero tras su breve charla de hace unas semanas y la forma en la cual se comportaba cada que el ave le traía cartas, tenía la esperanza de poder conocer el otro lado de aquel burlesco hombre.

》Tienes fascinados al resto de soldados – continuó, sentándose frente a él – No paran de hablar de ti e inevitablemente llegué a escuchar sobre tu familia, aunque algunas historias son difíciles de creer《

—Aunque admito que le encanta tener tu atención, cariño – habló, inclinando su torso hacia delante para acercarse un poco más al contrario, mostrando un poco más la seriedad en su rostro – La mayoría de los rumores son falsos y no tengo ni la más mínima intención de decirles el trasfondo de mi vida privada.

》Ya tienen suficiente con saber que soy padre, viudo y cercano a la familia Fa 《

Se levantó, dando por terminada la conversación, dejando al más joven con un mal sabor de boca al ver cómo había metido la pata, debió haber pensado mejor la forma en acercarse al Fushiguro.

Esta vez, fue Shang quien no pudo despegar la vista de la enorme espalda de Toji, alejándose.

Yo se que de a poco, Shang va cayendo en los encantos de Toji.