Capítulo 4

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—¿Puedes recordarme por qué me enamoré de ti? —Louis suspiró exageradamente, poniendo los ojos en blanco con cariño y plantándose las manos en las caderas mientras miraba a su novio.

—No lo sé —Harry se encogió de hombros, riéndose desde el césped húmedo mientras miraba a Louis con los ojos brillantes en el sol de la mañana, con una sonrisa amplia y sincera—. Creo que fueron las flores —asintió, sonriendo cada vez más cuando Louis le ofreció una mano para ayudarlo a levantarse.

Se levantó lentamente y se fijó la corona de flores sobre los rizos despeinados con los ojos fijos en los de Louis. Los dos chicos sonreían como idiotas con las manos entrelazadas, porque Louis intentaba calentar un poco los nudillos de Harry.

—Sí, definitivamente fueron las flores —dejó escapar Louis, riéndose en voz baja mientras miraba el campo de fútbol vacío, preguntándose si los demás no tardarían en aparecer.

Tenía un partido en dos horas, y él y Harry habían decidido ir al campo a practicar un poco, porque Harry era un desastre jugando a fútbol, los dos lo sabían, pero le seguía encantando ir para entrenarle; siempre se lo pasaban bien, porque Louis era excelente en el deporte y siempre ganaba a Harry y siempre acababan tonteando en el campo vacío, corriendo el uno tras el otro y metiéndose hierva por dentro de las camisetas y besándose apasionadamente y riéndose hasta que les caían lágrimas por las mejillas, y Louis siempre iluminaba el día de Harry, bueno, al menos, antes de que los otro jugadores aparecieran y Harry tuviera que meterse las manos en los bolsillos de su sudadera y mirarlos en silencio, fingiendo ser uno de los buenos amigos de Louis.

Harry sabía que su relación tenía que permanecer oculta, por supuesto que lo sabía. No era idiota, sabía que Louis era un famoso futbolista, y que no era decisión suya mantener su relación en secreto. Sabía que Louis no tenía otra opción por culpa de su maldito contrato. Sabía que quería tanto como él poder cogerle de la mano por la calle o besarle antes de un partido o publicar fotos de los dos en Twitter y cosas por el estilo. Sabía que Louis lo odiaba tanto como lo hacía él. Pero aun así, dolía.

Cada vez que Louis tenía un partido por Reino Unido, le mandaba mensajes a Harry, algo rápido como: "¡Harry, cariño! Tengo un partido en casa pronto. Dime que vendrás. Te echo de menos, nene xxx" Porque estaba demasiado ocupado para escribir algo más, pero esos mensajes siempre hacían feliz a Harry cuando no estaban juntos. Y Louis le pagaba los billetes de avión y se encontraban en un hotel lujoso y se abrazaban con fuerza hasta que no podían casi ni respirar y se besaban en el sofá y hablaban hasta que se quedaban dormidos el uno encima del otro. Las conversaciones nunca faltaban, los dos tenían mucho que contarse después de estar separados una o dos semanas, a veces incluso tres, aunque hablaran por Skype cada noche, y se mandaran mensajes al móvil durante el día, necesitaban sentir el calor del otro y tenerse entre los brazos y besarse en la frente y susurrarse te quieros al oído antes de dormirse.

Los dos chicos habían estado saliendo durante un año y medio. Harry todavía recordaba el primer día que Louis había ido a su casa como si hubiera sido ayer, por supuesto, era algo difícil de olvidar: no era normal practicar sexo con los clientes, especialmente con magníficos futbolistas profesionales.

Habían tenido seis citas antes de que Louis le hubiera pedido ser oficialmente su novio, justo después de la sexta; Louis había llevado a Harry a casa de su madre, porque necesitaba estar seguro de que Harry y su familia se llevaban bien, porque era algo muy importante para él. Y, por supuesto, Jay y las chicas se enamoraron de Harry al instante. Jay ya le conocía un poco, le había visto unas cuantas veces porque ella y la madre de Harry eran buenas amigas, y ella adoraba al chico de los rizos, por lo educado y encantador que era. Y a las hermanas de Louis les encantaron las flores de su pelo. Ese día, Harry llevaba una corona con flores azules y ellas se pusieron contentísimas cuando el chico les prometió levarles unas coronas la próxima vez que fuera a casa de Louis.

Manos Mágicas (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora