VIII

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Apenas MinHo abrió la puerta, cada una de sus piernas fue tomada con firmeza.

—¡Ahh!—el alfa retrocedió para después dejarse caer al suelo. Unas risitas se hicieron presentes para después sentir unos deditos en sus costillas, intentado hacerle cosquillas—¡oh, no!—intentó gritar entre una suave risa—¡unos grandes y fuertes alfas me atacan! ¡Jisung!

Su risa se mezcló con las otras dos. El alfa se retorcía soltando pequeños "tiempo" y "piedad", hasta que tomó una enorme bocanada de aire.

—He sido derrotado...veo la luz ahora. Díganle a Sung que lo amo.—y dicho ésto dejó su cuerpo inmóvil y cerró los ojos.

Pronto las manitas se apartaron de él y el mayor abrió los ojos. Dos melenas castañas rizadas y despeinadas caían sobre unas caritas pecosas y ojos castaños curiosos.

—¡Volví!—gritó haciendo a sus pequeños sobrinitos dar un salto y soltar una risita feliz, dejando ver unos hoyuelos en las mejillas regordetas.

—Excelente actuación, pero párate del suelo ya o voy a usarte de alfombra.—la voz de Chan le hizo mirar hacia el umbral de la puerta, donde su amigo se encontraba parado, sosteniendo a un sonriente SeungMin a su lado.

—¿Así le hablas al líder?—bromeó levantándose del suelo.

—Te conozco desde que te comías los mocos, no inventes.—el mayor entró a su hogar y le dio un abrazo amistoso.

—Hey, SeungMin.—el alfa saludó al rubio.

—Es un gusto verte de nuevo, ¿y Jisung?—preguntó mirando a su alrededor.

—Afuera, con Changbin y Felix.—les hizo una señal para que lo siguieran.

**

Jisung sintió el viento fresco revolviendo su cabello. Observó a Changbin levantar en brazos a Brighit, su bebé de apenas dos meses.

El mayor la sostuvo en alto sacandole una sonrisa a la pequeña bebé. Jisung sonrió levemente. Felix también sonrió mientras se acercaba a su familia. El delta debía admitirlo, la pequeña era tan hermosa cómo los amaneceres mismos.

Cabello azabache, unos ojos grandes parecidos a los de Felix, una pequeña nariz y unas mejillas rosadas que daban ganas de amasar.

Su lobo casi soltó un quejido anhelante. Jisung intentó ignorarlo, sin embargo cuando la puerta trasera se abrió y dejó ver a su marido cargando a los gemelos Bang, de cuatro años recién cumplidos, no pudo evitar que su corazón se apretujara.

—¡Jisung!—SeungMin se lanzó hacia él y el delta apenas tuvo tiempo de levantarse y poner los pies firmes para recibir el abrazo de su amigo.

—También me da gusto verte, Minnie.—el menor sonrió.

MinHo se acercó con los dos menores aún en sus brazos y Jisung tomó a Minjun.

—¡Mira que grande estás!—habló emocionado y el niño soltó una risita.

Minjoon, su hermano, se removió en brazos del alfa para ir también con el delta.

Chan estaba cargando a Brighit con una sonrisa enorme mientras la mecía de forma suave.

—Aún recuerdo cuando mis hijos eran así de pequeños—habló.

—¿No han pensado tú y SeungMin en tener otr-

—¡No!—respondió la pareja de inmediato. Changbin soltó una risa ante las caras asustadas de sus amigos.

—Quería decir otras vacaciones aquí. Seguro a Brighit le gustaría pasar tiempo con sus primos, ¿uhm?—acarició la mejilla de su hija.

Susurros del corazón |MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora