II. Calma

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Cuando despertó, All Might estaba a su lado.

—¡... Kacchan! —se levantó de golpe y sintió dolor en todo su cuerpo, pero siguió avanzando.

Hasta que All Might lo detuvo.

—Joven Midoriya. Tranquilízate, está bien, la operación fue exitosa.

—¿Operación...?

—Aún estás conmocionado, detente.

—Por favor, ¿dónde está? ¡Debo ir-!

Los enfermeros le inyectaron un tranquilizante que habían preparado previamente para detenerlo.

Está no era la primera vez que él se despertaba.

...

Había pasado una semana.

Cuando Izuku estuvo lo suficientemente calmado, lo dejaron visitar a Katsuki.

Estaba en una cama de un hospital. Con un brazo vendado y un monitor que controlaba los latidos de su corazón.

Su respiración era continúa, según los doctores su cuerpo estaba bien, pero por algún motivo... aún no despertaba.

Estaba bien, éso era lo importante.

En cada visita, Izuku solo se limitaba a tomar su mano, luego llamaba su nombre y al no obtener ninguna respuesta, lloraba hasta caer dormido a un lado de su cama.

...

Dos semanas después.

Izuku se dirigía a la habitación de hospital de Katsuki. Al igual que todos los días desde que se despertó.

Era una mañana algo fría.

El cielo no brillaba como antes. En realidad, nada a su alrededor tenía color.

Todo era simple y monótono, hasta que llegaba a la habitación de hospital. Sentir el pulso de Katsuki lo hacía sentir vivo, lo hacía sentir que tenía que estarlo.

Atravesó los pasillos del hospital, avanzando a un paso constante, pero se detuvo en la puerta cuando escuchó que ya habían personas dentro.

—...No reacciona, estamos viendo la posibilidad de usar un tipo de quirk de recuperación.

—¿Un quirk de recuperación?

Eran tres personas. Un médico y los padres de Katsuki.

Izuku evitó interrumpir y se quedó a un lado de la puerta para seguir escuchando.

—Sí, se trata de un famoso médico estadounidense. Su quirk provoca un profundo sueño en una persona y sus heridas sanan a gran velocidad. Cómo su cuerpo se mantiene estable, podría funcionar como método de inducción para que reaccione.

«Kacchan podría despertar.»

—Eso es increíble, ¿porqué aún no lo trajeron? —Mitsuki estaba notablemente emocionada.

El médico los vió seriamente y explicó.

—Se cree que transforma el quirk del paciente en energía para su recuperación. Los quirks de todos sus pacientes desaparecen luego de un tiempo y si el daño es muy grave, incluso se puede correr el riesgo de que el paciente no pueda despertar.

—¿Perderá su quirk al despertar? —Masaru preguntó con incredulidad.

La puerta se abrió de golpe e Izuku entró a la habitación con la mirada en el suelo.

Voltearon a verlo.

Izuku levantó la mirada.

—Tío, tía —se arrodilló frente a ellos, golpeando su cabeza contra el suelo, en una reverencia dogeza.— ¡Kacchan aún puede despertar! ¡Sé que lo hará!

No iba a dejar que Kacchan perdiera su quirk. Nunca.

Para eso, primero tenía que estar muerto.

—¡Por favor, solo denle algo de tiempo! —su cuerpo estaba temblando ligeramente.— ¡Sé que puede hacerlo!

Aseguró. Cerrando fuertemente sus ojos, con la frente en el suelo.

No tenía que llorar.

Debía ser fuerte.

Por Katsuki.

Mitsuki y Masaru se vieron entre sí antes de actuar. Mitsuki puso una mano sobre su hombro y Masaru lo ayudó a levantarse.

Izuku estaba algo desconcertado.

Los padres de Katsuki lo abrazaron. Izuku, algo sorprendido por el abrazo, sintió una calidez increíblemente reconfortante.

—No tomaremos esa opción. —Masaru le dijo al médico, quien asintió en respuesta y abandonó silenciosamente la habitación.

«Gracias, gracias...»

Esa fue la primera vez que Izuku sintió algo de consuelo después de la guerra, la primera vez que se sintió seguro.

...

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