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Siempre he disfrutado del sueño de Osiris, duerme como oso e irónicamente el apodo cursi que jamás le dire es Osita

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Siempre he disfrutado del sueño de Osiris, duerme como oso e irónicamente el apodo cursi que jamás le dire es Osita. A pesar de que siempre se lo grito muy en mi interior.

Hasta un enamorado como yo tiene sus límites.

— Chris — Balbucea y abre un poco los ojos cuando la dejo en la cama.

— ¿Qué sucede?

— Gracias por cuidarme. Esto nunca lo haría otra persona por mi. Por eso eres mi mejor amigo... — Se vuelve a quedar dormida acurrucandose en la cama.

Mi vena quiere saltar de la cólera pero me obligo a pensar en cosas bonitas y mi amor con la devoción que siento por ella me calama de sobremanera.

— No soy tu amigo — Susurro en su oído y sus ojos se vuelven a abrir mostrándose cristalizados — Se le subió el alcohol. — Soy tu hombre y tú mi mujer. Incluso si me rechazas por toda tu existencia seguiría cuidando de ti, dudo que no me notes — Paso mis manos por sus piernas desnudas haciendo que mi boca se seque — Te robaría y te lavaria el cerebro hasta hacerte ver que eres mi mujer, dejaría solo a Osiris Morgan. No habría otra Osiris dueña de mi verga y fortuna.

Olfateo su cuello y abre los labios soltando un gemido, lo muerdo despacio cuidando no dejarle marcas, suelta un jadeo más grande y se estremece en mis brazos.

— En esta vida y en la otra te llenaría de hijos, no podrías escapar de mi...siempre terminaras en mis garras. — mi ereccion me aprieta los pantalones, me refriego en ella y ambos gemimos ante la fricción, sus manos van a mi espalda y se aferra en ella.

Disfruto refregarme con ella hasta que la ropa molesta, me quito mi pantalón y bóxer dejando la parte de arriba puesta, ella se queja pero pongo sus manos arriba de su cabeza dejándola sonrojada.

Quito sus bragas y las llevo a mi nariz haciendo que mis bolas duelan de lo cargadas que están. Comienzo a puntearla hasta que meto la punta sacandonos un gemido a ambos.

Me alejo de ella con cuidado haciendo que se queje, le abro las piernas y hundo mi rostro en ese manjar, ella suelta un grito y se corre en mi boca haciéndome tragar todo, mi cabeza se hunde más por sus manos que hacen fuerza en mi cabeza que suelto una risita.

Muerdo despacio sus labios inferiores y suelta un chillido sumida en el extasis.

— Capitán... — Me detengo en seco, la suelto y la furia burbuja en mi interior. Su mirada se torna confusa y somnolienta. Su rostro sonrojado me pide más junto a su cuerpo pero me niego.

Una idea pasa por mi cabeza, follarla fingiendo ser el idiota de Miller pero eso caería bajo. Yo caería muy bajo y si me molesta su sola existencia no quiero que mi mujer gima el nombre de otro hombre conmigo.

— ¿Por qué te detienes? — Susurra — Me siento extraña, como un nudo aquí abajo...

— Me tengo que ir — Le respondo

— Te confundí con Christopher — Susurra — Él me lo hacia tan bien. — Murmura y la observo con una media sonrisa.

— ¿Y que paso con él?

— No quiero ilusionarlo. Siente algo por mi pero ella no me quiere cerca de Chris...por eso siempre... — Y es cuando cae en un sueño profundo.

Me pongo a meditar sus palabras, alguien que no la quiere cerca de mi. Siempre la he tenido vigilada, se quien la ofende, quien la aprecia, donde va, con quien, como y cuando. Por lo mismo me extraña que no sepa quien no la quiere conmigo.

La familia de Osiris son mucho más poderosos que nosotros sin embargo nos cedió el puesto de ministro a mi difunto abuelo pues ellos no querían estar lejos de sus hijos.

— ¿Quién es? — Susurro alzando su blusa y metiéndome uno de sus pezones a la boca.

Disfruto de ella y me concentro más así, escondo mi mano en su coño para más concentración a fondo.

Osiris y yo nos conocimos desde que eramos niños, su familia había sido amiga de los Morgan por generaciones incluso desde antes que llegara Regina, la abuela de Osiris iba a ser la esposa de mi abuelo pero resultó que ella solo lo veía como un amigo.

Tiempo después me entere que la madre de Osiris y Alex también eran mejores amigos y ella lo rechazo por lo mismo.

Esto es una maldición. Pero lo que no saben es que yo me voy a quedar con mi mujer. Con mi hermosa Osiris, la haré mía, la voy a preñar, la llenaré con mi leche, ahogare su boca con mi verga cada que quiera. La tendré abierta de piernas para mi cada vez que lo desee.

ERES MÍA. — Gruño y me vuelvo a restregar con ella, suelto un gemido haciendo mi cabeza hacia atrás, me vuelvo a bajar el pantalón y disfruto de su húmedo calor, la tentación de follarla me invade pero no pienso hacerlo.

La necesito consciente, necesitada, sudada, excitada, caliente, despierta para mí. Ver esos ojos llenarse de lágrimas cuando su boquita no me aguante, sus labios inchados y su boca abierta gimiendo mi nombre y mi puesto, tenerla de rodillas e incluso en cuatro mientras la follo y azoto ese culo lleno, ver sus tetas rebotando arriba de mi.

— ¡AH! — Suelto un gemido viniendome en en su vientre, me levanto y tomo mi mochila sacando las toallas húmedas que traigo siempre por ella.

La dejo limpia y bien arreglada como si nada hubiera pasado, pongo la habitación como si solo la hubiera traído borracha y yo dormido en el sillón.

Suspiro metiéndome a la ducha para bajar la temperatura, después de un tiempo salgo y la cubro con la manta o capaz y termine viniendome de nuevo encima de ella.

Checo mi teléfono y el suyo dispuesto a borrar mensajes de Lewis pero mi sorpresa es mucha cuando veo que ella misma lo bloqueo.

— Esa es mi mujer — Susurro — Reviso sus fotos, me topo con las de su bikini que no tengo y me las envio todas.

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Obsesión EnfermisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora