Osiris Weiner es la mejor amiga de Christopher Morgan desde que eran unos niños, sin embargo ante el abandono de su madre. Ella se convierte en su único apoyo lo que causa una severa obsesión hacia ella que lo orilla a tener un odio hacia cualquier...
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Mi mujer desapareció, mi hembra está desparecida y yo soy una bestia intentando reastrearla. Seguro por un ataque de ira destruyó todas sus cosas como solía hacer de pequeña.
Mi teléfono vibra y el mensaje de Patrick me hace moverme, voy en el MCLAREN a toda velocidad a la cabaña de soltera a las afueras de la ciudad. Los gritos continuos de Osiris me alertan, cosas rompiéndose e incluso fuerza de más sonando.
— ¡Osiris! — Corro por el lugar acercándome cada vez más, me tropiezo por un brazo y mis oídos pitan al ver un brazo cortado con la pulsera de mi mujer.
Mi corazón se atasca en mi garganta, lo muevo un poco y reconozco perfectamente que no es de mi mujer, quito la pulsera y entro primero a la cabaña. Todo está hecho un desastre, los muebles volteados, su ropa destrozada y me agacho para tomar uno de mis tantos rastreadores que escondí en toda su ropa.
Por eso no podía encontrarte mi amor.
Camino y examino cada habitación de forma meticulosa, aprieto la pulsera sintiendo como los diamantes y esmeraldas me hacen sangran por lo filoso.
— Mi mujer y sus gustos extravagantes... — Mascullo. — Y llego a la puerta que da al patio trasero.
Mi teléfono suena y lo saco para ver un rastreador activo. Saco mi arma y comienzo a caminar con su pulsera colgada en ella.
— Osiris — Camino con cautela y el sol sale comenzando a iluminar todo dramáticamente.
Me horrorice por la cantidad de cadáveres que hay, todas son mujeres. Respiro tranquilo y bajo el arma guardándola con toda confianza. — Osiris...cariño estoy aquí contigo, sal de una vez. Lo sé todo. — Camino con su pulsera en mi mano.
El crujir de las ramas y hojas bajo mis pies solo le dan el toque macabro a la situación. — Osiris, Patrick me lo dijo. Aparece tu foto en todos los funerales mi amor ¿que haz estado haciendo sin que me de cuenta? — Sigo avanzando sin dejar de hablar — Preciosa, no puedes simplemente asesinar a todas las que tengas las mismas cosas que tú, que me vean o me hablen en cada misión o preguntarme indicaciones. — sueno muy hipócrita — Dime cariño ¿por qué haz estado, no. Más bien...desde cuando comenzaste a asesinar a todas esas mujeres?
— Hice todo bien... — Mi mujer sale cubierta con una lencería de joyería — Mis pantalones comienzan a apretarme apenas la veo. — Todo...no cometí nunca un error, te forme para mi Christopher...— Ríe llevándose una mano a su cabeza con lagrimas en los ojos — Pero, pero por unas simples joyas... ¡Mierda! — Grita.
¿Qué...?
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