Franco era un chico joven,que trabajaba en la mayor fabrica de tabaco y cigarros de Sevilla en España.
Franco quería su querido romance,ya estaba en sus tempranos veintes y no se ha relacionado con nadie,hasta que una amiga trabajadora se acerca y le dice;
−Franky.. -canturreó con un acento provocador.
Franco estaba sentado en una de las grandes cajas de madera,llenas de tabaco puro,fumando,tomando un descanso a escondidas de sus jefes.
−Que quieres,Cata? -preguntó con un tono molesto,sin voltear la mirada.
−Te acuerdas de que te dije que hay soldaditos nuevos al otro lado de la plaza,llegando por el almacén..?
Esto ultimo despertó el interés en Franco,volteando y expulsando el humo de su cigarro suavemente por la boca,viéndola directo a los ojos.
−Cuéntame mas.
Catalina se mordió el labio,poniendo su salvaje cabello suelto detras de su oído,y empezó a hablar en voz mas baja.
−Regresaron del campo,algunos son unos soldados salidos del horno.. -le guiño el ojo a su acompañante.
Franco soltó una carcajada,expulsando mas humo ligeramente,acomodo su cabello un poco sudoroso por la labor de hoy en la fabrica. ¡Wow! no sabia que los jóvenes de hoy en dia como Catalina eran tan atrevidos.
Casi nadie sabía que Franco tenía un gran interés por los individuos de su mismo género,a menos que fuera Cata,tenía una gran confianza en ella. Aunque Catalina bien sabía que Franco nunca quiso una relación seria. Franco cruzó las piernas sobre la caja,dándole otra dura calada a su cigarro.
−Y bueno.. te parece si lo vamos a ver mañana,después del trabajo? -la joven se mordió los labios,esperando ansiosa una respuesta del azabache.
−que si,que iremos mañana..! -exclamó Franco de mala gana,expulsando el humo bruscamente.
−Y ya sabes que son jóvenes los soldaditos.. -se acostó en una caja,suspirando como si estuviera enamorada.
−Joder Cortés,pareces niña de trece.. -expulso mas humo mientras hablaba,y sacudió la colilla sobre el suelo.
−Ay si,pero es que ya Vega es muy aguado..
Franco le dió otra calada a su tabaco,esta vez ahogándose con su humo y carcajeándose por el comentario de su amiga,Vega era el jefe de ambos..
−¡JAJA! no me digas que ya te aburriste de ese viejo.. -Franco sonrió.
−¡Pues si! su sexo me tiene hasta los cojones,tío..
−Hace un mes estabas como.. "ay,mi niño lindo,lindo,lindo.." -la mofo,a lo que recibió un golpe de parte de Catalina,mientras el reia.
−Parecías una niña,dios.. -le volvió a dar otra calada,soltando el humo entre risas leves.
Y si,la joven se enamoraba muy fácilmente. y eran sus primeros meses de trabajo; Que se esperaba de una niña soñadora de 17 añitos..?
Catalina bufó,frunciendo el ceño,volvió a reír a este comentario,buscando darle otra calada a su cigarro,pero de momento Cata se la arrebató,poniéndoselo entre sus labios y fumándolo.
−¡Ey! ¡¿estas bien de la puta cabeza?! -exclamó para voltearse a verla con furia.
−Lo necesitaba,payaso..
−Lina,no jodas.. -suspiró y se volvió a echar en su caja.
Pasó un pequeño rato de silencio relajante,hasta que Cortes suspiró,y suspiró de volver a acomodar su salvaje cabello largo,poniéndose un mechón de pelo detrás de su oreja,frunciendo los labios y recostando su cara en sus manos sobre la caja,volviendo a hablar con su tierno tono de voz.