Frank salió de su casa a las siete de la mañana,montando su bicicleta mientras encendía su cigarro,empujándose camino a Sevilla.
Llegó a la fabrica,dejando su bicicleta en el mismo callejón donde los exportadores de las hojas los dejaban en cajas de madera. Suspiró,a lo que rápidamente salió Cata de la puerta a abrazarlo,y se alarmó.
−¡Hija de puta! -Exclamó al recibir el apretón de la gallega.
Catalina bufó,entrando con paso imponente a la fabrica,mientras Frank se quitaba el bolso y colocaron los ojos en blanco.
−Ven rápido,el jefe quiere hablar con nosotros.. -La castaña habló como si estuviera exhausta,limpiando su sudor.
Minutos despues,los dos estaban sentados enfrente de de Juan de la Vega,los veía con cara de decepción y suspiró pesadamente,Franco vió de reojo a su compañera,porque le caía demasiado mal Juanito,mejor conocido como el novio de Cortez,a lo que rápidamente rodó los ojos de nuevo.
−Chicos.. por lo de ayer.-Franco ya sabia por donde venia esto.- van a tener una pequeña consecuencia,tienen que cargar 12 cajas del puerto de la plaza hasta acá.
Frank hizo una mueca de sorpresa,y Catalina jadeó.
−Jefe,usted no puede hacer eso-- La gallega trató de protestar pero Vega rápidamente la calló.
−Dije lo que dije,Cata,es problema de ustedes si hacen caso.. -miro a Franco con disgusto,con un tono molesto.- O no.
Franco volteó los ojos,saliendo de la oficina molesto.
−Está bien. -dijo con tono sarcástico mientras cerraba la puerta.
Catalina y Vega hicieron un contacto visual algo incomodo por unos segundos,y salió corriendo de la oficina detrás de su amigo,corriendo por las escaleras atrás de Franco.
El gitano caminaba muy molesto,y se notaba por la forma en la que pisoteaba,con la carretilla y Catalina atrás de el. Cata corrió apresurada detrás de su amigo,y exaltada trató de hablar con el a pesar de su apuro.
−¡esperame,subnormal! -dijo llegando a su lado,jadeando y cargando con unos barriles.
−Ese "amorcito" tuyo es un hijo de puta.. -dijo enojado mientras iban a dirección al almacen donde entregaban las hojas.
−¡Espera,chaval..! -dijo mientras detenía su paso violento.
−Ahora que quieres,mujer.. ? -pronunció con un tono desesperado.
Cata suspiró,sin hallar las palabras ya que el gitano estaba muy enojado.
−Em.. te acuerdas del trato de ayer? -esta pregunta hizo que Franco arqueara la ceja,curioso.
−Pasemos por el mercado,a ver si conseguimos guapos..
Franco suspiro,ese comportamiento no lo sorprendía de parte de su amiga,pero igual la tenia que aguantar. Cata sonrió coqueta mente,tratando de calmar el ambiente,metiendo las manos en los bolsillos de su delantal.
−Está bien.. Iremos al mercado. -Dijo el pelinegro de mala gana.
La gallega sacó un tabaco de su bolsillo principal de su delantal,entregándoselo al gitano,guiñandole el ojo.
−Ah,como lo sabías.. -tomó el tabaco gustosamente,mientras que Cata sacaba sus fósforos.
−Yo lo se todo,Antony,por dios.. -dijo con un tono egocéntrico,mientras encendía el tabaco de su amigo.
Partieron hacía el mercado,cercano a la plaza de Sevilla,ya que la castaña tenía un par de planes para ir a visitar a los nuevos soldados.
−Ya sabes,somos mejores amigos.. -Fue interrumpida por Franco.