No sólo se había transmigrado en un libro, sino que también se había convertido en carne de cañón.
Qi Yao no pudo escuchar la segunda mitad de las palabras del Duque An.
Cuando la otra parte lo miró con decepción, él asintió superficialmente.
¡Ah, sí, sí, sí, sí, sí, sí!
¡Ah, lo que digas!
Cuando la otra parte finalmente terminó de hablar, Qi Yao se escabulló rápidamente bajo la mirada insatisfecha de Qi Chengan.
Sin embargo, él sólo pensaba en huir con la dote.
Era imposible huir, al menos no ahora.
Qi Yao se consoló a sí mismo: ¡No es tan malo, todavía no es tan malo!
No mucho después de salir del estudio, vio a Qi Xi'er, que parecía haber estado esperándolo durante mucho tiempo.
Cuando la vio, Qi Yao se acercó y, sin decir nada, le entregó la llave del almacén de dotes a Qi Xi'er.
"Toma, es para ti."
Qi Xi'er tomó la llave aturdida. Había esperado allí deliberadamente, pero en realidad no tenía esa intención.
Era solo que no había visto a su segundo hermano durante mucho tiempo. En la mesa de la cena, notó que parecía un poco diferente de antes, por lo que Qi Xi'er quiso echar un vistazo.
Qi Xi'er no pudo evitar quedarse atónita cuando vio a Qi Yao entregarle la dote por la que había trabajado tan duro sin dudarlo.
Ella siempre sintió que su segundo hermano era impulsivo y tenía miedo de que hiciera algo mal, por eso siempre permaneció a su lado y trató de persuadirlo pacientemente.
Al final, todo salió mal e incluso hizo que su segundo hermano se enojara un poco con ella.
Más tarde, ella no supo qué escuchó su segundo hermano, pero su actitud hacia ella se volvió cada vez más fría.
Hubo varias ocasiones en que ella fue a buscarlo, pero él no quiso verla.
Aunque Qi Xi'er descubrió más tarde que fue la momo Sun la que dijo algo en el patio de su hermano, la momo Sun era la persona de Madam Ruan quien era ahora la ama de llaves, por lo que no podía tocarla.
Más tarde, cuando vio que Qi Yao no la escuchaba y parecía odiarla aún más, Qi Xi'er se sintió un poco desanimada.
Ella simplemente no tomó la iniciativa de usar su cara caliente para pegarse a su trasero frío.
Bien podría visitar más a menudo la casa de su abuelo materno y ser filial con el anciano.
Pero esta vez, Qi Xi'er sintió claramente que Qi Yao era diferente.
Aunque también tendría una parte de la dote, era sólo una mujer de la residencia interior y no contaba con el favor de su padre. Le era imposible tener en sus manos una suma tan grande de dinero.
Pero ahora, Qi Yao le dio la llave sin dudarlo.
Parecía que el segundo hermano todavía la adoraba.
Qi Xi'er no pudo ocultar sus emociones. Bajó la mirada y parpadeó con fuerza para contener las lágrimas.
Sin embargo, la boca de la niña no perdonó. Ella dijo: "El segundo hermano finalmente es inteligente por una vez. ¿Sabes que es más confiable dejar las cosas en mis manos?"
Qi Yao la miró y le dio un golpecito en la frente con el dedo.
"¡Ay!"
Qi Xi'er inmediatamente se cubrió la frente y gritó de dolor.
