Cap.11❈

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Paralizada sin decir una sola palabra, su siguiente acción fue abrir la puerta, intentando cerrar de golpe, pero fue en vano su forcejeo, los pasos inquietantes de Tom fueron mucho más rápidos que ella, dejando que la puerta fuese abierta de golpe y cerrada al mismo tiempo.

Acorralada tras la puerta t/n el sonido de las respiraciones agitadas de ambos era lo único que se podía escuchar. Si la mirada de Tom pudiese matar, t/n estaría muerta, la cercanía que se interponía entre ellos, podía palparse la tensión de la situación, Tom esperaba obtener una respuesta, t/n no la tenía.

Por la mente del alemán pasaban miles de pensamientos y un sentimiento desconocido que comenzaba a apoderar de él, observaba de arriba abajo a la mujer que no solamente trabajaba para él, era la misma que vio bailar esta noche.

–Habla -Tom esperaba tener algún tipo de justificación

–Se señor Kaulitz yo puedo explicarlo -t/n se sentía agitada, sus manos temblorosas no se quedaban quietas

–Anda, explícame -la conexión de las miradas desprendían emociones diferentes, pero compartían uno en común, la adrenalina.

t/n se apartó de la cercanía que mantenía como su jefe, tomó una bocanada de aire para caminar a la mitad de la habitación que se iluminaba con poca luz, escuchó como le seguía tras ella, no podía pensar en una buena excusa.

–¿Acaso te ha comido la lengua el ratoncillo? -el alemán empezó a hablar

–¿O simplemente no tienes la excusa perfecta? -susurró cerca de su oído con un toque de ironía en su voz grave, lo que hizo que la piel de t/n se erizara al instante.

Se giró quedando cara a cara, lentamente comenzaba a caminar hacía tras, topándose con el final de la habitación, su espalda estaba completamente pegada a la pared.

Una sonrisa burlona salió de los labios de Tom, t/n sólo veía sus labios, aquellos que besó aquella noche

–Lo siento, no puedo -fue lo único que dijo y tras su nuevo intento de huir, un agarre sobre su brazo le impidió avanzar, ni siquiera se inmutó por girarse, su cabeza estaba en blanco, no podía pensar claro

–No, tú no te vas -habló fuerte, con determinación.

–¿Por, Por qué no? -tragó en secó la niñera, esperando ser despedida o escuchar palabras que no quería escuchar

–Porque necesito de nuevo cometer un error -esas palabras la dejaron fría de golpe

En un segundo tenía a Tom devorando sus labios, pronto correspondió, las manos del alemán se posaron sobre sus caderas acercándola aun más a su cuerpo, le necesitaba sentirla, los brazos de t/n abrazaron su cuello, dejándose de llevar.

En ese momento surgió un nuevo sentimiento en t/n, el enamoramiento, en Tom aún sin descubrirlo.

Pronto el deseo de tenerse el uno al otro los hizo perder el control, pasaron a quitarse las prendas, las manos torpes de la niñera comenzaban a deshacerse de los botones de la camisa, Tom quitaba el vestido de t/n, dejándola sólo en ropa interior en color negro, dejó los besos para mirarla de pies a cabeza, sintiendo que su miembro necesitaba urgente atención.

Las pupilas de Tom estaban dilatadas, a través de poca iluminación del lugar t/n pudo observarlo

–Señor Kaulitz, esto está mal -sus manos se posaron sobre sus brazos

–Eso no importa ahora, sé que tú quieres lo mismo ¿o no? -los ojos de ella se iluminaron, aquel brillo peculiar que Tom pudo ver.

–Sí -respondió titubeando

ᴍɪ ɢʀᴀɴ ᴇʀʀᴏʀ: ᴛᴏᴍ ᴋᴀᴜʟɪᴛᴢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora